“La critica despoja al árbol
tanto de las orugas como de las flores”
Juan Pablo Richter
Desde hace algunas décadas los secretarios de estado comparecen ante alguna de las dos cámaras, la de senadores y la de diputados para explicar lo que el presidente expresó durante su informe. Esta es una práctica democrática, cosa que no hacíamos hace varios quinquenios.
Antes solamente era vitoreado el presidente el día de su informe; era un día de confeti y música y durante el recorrido triunfal que hacía el presidente ante miles de hombres y mujeres llevados por sus líderes. También se transmitía ese acto apoteósico por los medios de comunicación y por los periódicos al día siguiente.
Hasta hace algunas décadas los secretarios no comparecían, todo era jolgorio y felicidad después del informe del presidente.
Ahora las cosas son un tanto distintas, los secretarios, unos comparecen ante los senadores y otros ante la cámara de diputados.
A Aurelio Nuño le toco comparecer ante el senado, siendo de los primeros secretarios por ocupar él una secretaría de tanta importancia como la de educación pública.
La comparecencia se prepara, se ponen de acuerdo los coordinadores de cada una de las fracciones parlamentarias. Se establece el tiempo que habrán de exponer durante su primera intervención, el orden en que habrán de participar los representantes de las fracciones parlamentarias y la conclusión del secretario.
Durante la comparecencia los representantes se expresen con toda libertad y algunos con la crítica más severa.
Aurelio Nuño participó en cumplimiento del artículo 93 constitucional. El secretario actuó con seguridad y por supuesto con la cortesía y la diplomacia que se aconseja.
En su intervención inicial recordó la fundación de la Secretaría de Educación Pública por José Vasconcelos en el gobierno del Presidente General Álvaro Obregón. En ese tiempo, como dijo el secretario, la cobertura en primaria apenas si llegaba al 10 %; el restante 90 % no sabía ni leer ni escribir; ahora la cobertura en primaria y secundaría es del 100 %.
Aurelio señaló que la reforma educativa nos ha encaminado a tener un sistema de educación pública laica, gratuita, y de calidad.
Hizo reconocimiento al Congreso por aprobar diversas leyes referentes a la reforma educativa.
En su discurso señaló que el primer objetivo es poner a la escuela en el centro del sistema educativo y no a la inversa, como ocurre hoy.
Éste es el principio central alrededor del cual tienen curso todas las disposiciones para continuar con la reforma educativa.
También mencionó la necesidad del mejoramiento de la infraestructura escolar y otorgarle a las escuelas mayor autonomía de gestión a través de programas como el de la reforma educativa y el fortalecimiento de los consejos técnicos escolares.
Lo segundo es la construcción de un Servicio Profesional Docente, esto equivale a decir que las escuelas normales seguirán siendo el pilar de la formación de maestros de México.
El tercer renglón de su programa se refirió a las becas, para que éstas lleguen a los alumnos que más lo necesitan, focalizando aquellos alumnos de los deciles de menor ingreso.
El secretario también se refirió a la deserción escolar, particularmente a la de educación media superior.
En otra parte de su discurso anunció el nacimiento de un nuevo modelo educativo en el que las niñas y los niños, “igual que los jóvenes aprendan a conocer, es decir, que adquieran los instrumentos de comprensión necesarios para que puedan influir sobre su propio entorno; que aprendan a convivir para que puedan participar y cooperar con los demás y que aprendan a hacer para favorecer su autonomía y equilibrio personales”.
En quinto lugar señaló la necesidad de vincular de manera eficaz la educación con el mercado laboral.
El secretario se preguntó cómo vamos a lograr estas prioridades y enumeró las soluciones.
Siendo un gobierno muy cercano a los maestros y a los alumnos y concluyó afirmando que “la autoridad educativa estará en las escuelas de México, junto a las maestras y maestros”.
El segundo punto de solución será: el fortalecimiento de los Consejos Escolares de Participación Social.
Tercero, mantener un diálogo permanente entre el sindicato de maestros y la autoridad educativa. El diálogo será respetuoso, acatando las disposiciones de la ley en beneficio de los maestros y también vigilando que éstos atiendan las demandas educativas de alumnos y padres de familia.
Cuarto, tener un diálogo respetuoso pero muy profundo con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, institución creada por la reforma educativa.
Aurelio citó enfáticamente: “Voy a ser un secretario que dialogue y esté muy cerca de los integrantes del INEE”.
Quinto, procurar un acercamiento mayor con los gobiernos estatales, porque son ellos los que instrumentan la política educativa del país, por ello ha propuesto a los gobernadores, y ellos han aceptado, dividir al país en cinco regiones.
En su discurso propuso: “un diálogo muy cercano con las universidades, esto es, con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, la ANUIES”; y sugirió que se reúnan en forma trimestral para ejecutar una agenda clara y compartida.
En penúltimo lugar, señaló que tendrá un diálogo abierto con la sociedad civil, con sus organizaciones, con los académicos, con los expertos y con el sector privado.
Finalmente afirmó que quiere tener un diálogo muy cercano y muy franco con el Congreso de la Unión; será un secretario abierto al escrutinio de las dos cámaras.
La comparecencia duró cuatro horas, contestó cada una de las preguntas y afirmaciones de los representantes de los partidos políticos y terminó la comparecencia con un mensaje en el que reafirmó todos los conceptos que había expresado en su exposición inicial.
Aurelio se desempeñó como corresponde a un secretario, con gran lucidez y seguridad.
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