En los próximos días iniciará el proceso interno para renovar la presidencia nacional del PAN; en efecto, el 16 de julio sabremos cuáles son los candidatos que cumplieron con los requisitos estatutarios para competir por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), aunque a la fecha los únicos que se perfilan son el Diputado Ricardo Anaya y el Senador Javier Corral.

Ambos respetados panistas, pero con perfiles distintos y diferenciables: el primero, Ricardo Anaya, joven talentoso que ha demostrado ser capaz de dialogar y consensuar con propios y extraños, técnicamente apto para impulsar las legislaciones que desde la Cámara baja se le encomendaron y políticamente sensible para conciliar. Javier Corral es un político experimentado, gustoso del debate parlamentario y la alharaca en la plaza pública. Nadie duda de su capacidad, pero también generan suspicacia algunas de sus posturas programáticas, como en el conocido caso de la reforma en materia de telecomunicaciones.

En éstas épocas de vacas flacas en el partido, sobre todo después de los resultados electorales del pasado 7 de junio a nivel nacional, llega como anillo al dedo la renovación del Comité Ejecutivo Nacional. Al PAN le urgen sendos cambios de raíz, profundos, no sólo de acción sino también probablemente de contenidos. Ricardo Anaya demostró en pocos meses, como jefe nacional interino que fue, que el partido es capaz de sostener sus posiciones ideológicas y de acción política sin claudicar ante el gobierno federal, que es posible ser oposición razonable ante la cruel realidad del país y por supuesto, que lo más importante es el bien común por encima de las agendas personales. Ser presidente del partido no significa criticar todo y a todos, por el simple afán de hacerse escuchar; no se trata de exigir una rebelión por más que sea un simple slogan de campaña, sino que significa renovar, regenerar, y de eso se trata precisamente esta elección.

En efecto, cuando un aspirante clama porque las bases se rebelen, se equivoca de discurso o en su defecto de partido: se equivoca en el discurso porque aunque Corral ahora se la pase justificando el slogan ante propios y extraños, la esencia del mismo en torno a la palabra rebelión es sinónimo de guerra, confrontación, revolución y no de unidad. Y de partido, porque hablar de las bases es evocar términos que se parecen más al PRI que a Acción Nacional. En su atropellada estrategia, así como Corral refiere a las bases, por poco habla también de los sectores, que en el léxico tricolor, se integran por las bases campesinas, obreras y populares. En fin, es probable que el chihuahuense se haya equivocado de elección interna y piense que la sucesión gira en torno a César Camacho y no a Gustavo Madero.

Por eso nosotros apoyamos la regeneración, que no la rebelión. La regeneración significa además abrir paso a nuevos cuadros que le den oxígeno puro a nuestro partido, el más antiguo de México en términos de su registro ante la autoridad electoral. Nuevos cuadros para nuevas ideas que sepan traducir los históricos principios de doctrina del PAN en el concierto de la realidad contemporánea del país. Necesitamos un  nuevo programa de acción política que se despliegue a partir de la regeneración de nuestras estructuras estatales y municipales y no de la invocación a la diatriba.

En Puebla estamos listos para aportar la mayor cantidad de votos posibles a Ricardo Anaya, apenas comience formalmente la elección interna y se verifique la votación el próximo 16 de agosto. Estoy convencido que nuestra entidad será una de las que mayor número de sufragios le den a Anaya, porque en Puebla tenemos un panismo fortalecido y listos para trabajar. En el PAN #Puebla sabemos la importancia de trabajar desde el partido como condición necesaria para llegar al ejercicio de poder. Y justamente esta es otra de los fundamentos del movimiento de regeneración que impulsa Anaya: desde el partido se trabaja para ganar, no para competir; se trabaja para poder ejercer el gobierno, no para participar alegremente en campañas, aunque perdamos. Se trabaja, en pocas palabras, para dar testimonio de Manuel Gómez Morín y cambiar la realidad del estado o la nación desde las posiciones que lo permiten, no para ser una academia de buenas intenciones que siempre pierde ante el PRI.

Pedro Gutiérrez Varela

Miembro activo del PAN-Puebla

Dependiendo de la dosis recomendada, 1 sobre kamagra 100 mg es suficiente para 1-4 usos.