Al ver la secuela de Borat, pasa algo desconcertante que después resulta revelador: por momentos sientes que la sátira y lo alocada de su historia es inverosímil, que es demasiado, que el comediante Sasha Baron Cohen estiró la liga demasiado y que lo que ves es una exageración que pretendía ser divertida pero se quedó en el intento |
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