Milenio Puebla dio a conocer que tras ser víctima de un ataque con ácido en la ciudad de Puebla, Andrea Flores ha iniciado los procesos judiciales, médicos y psicológicos para tener justicia y pronta recuperación, pues este acontecimiento, a su decir, muestra la descomposición social que existe en México.

Andrea Flores, joven de 28 años, reveló la experiencia que es el sufrir un ataque de este tipo, por lo que invitó a todas las personas a no permitir ningún tipo de violencia.

Andrea fue atacada con ácido en Puebla | JZ “Yo sufrí un percance en el cual dos tipos se me acercaron. Iban a bordo de una motocicleta, no la pude distinguir, no tengo conocimiento de las placas, ni nada de eso. Desconozco a las personas, porque al arrojarme el líquido, al reaccionar rápido, solo pude taparme el rostro y pedir ayuda, pues sentía que me quemaba”, recordó Andrea, quien describió la sensación en su piel como si le hubieran vertido gasolina y prendido fuego al instante.

Este evento ocurrió la mañana del pasado 1 de agosto en la colonia Galaxias de Amalucan. Por fortuna, Andrea se encontraba a unos metros de su vivienda, pues se preparaba para salir a vender pan como cada día en la esquina de su casa. Después de sufrir el atentado, ella corrió a su casa a pedir ayuda y en el baño de su hogar comenzó a ducharse para quitar la mayor cantidad de líquido corrosivo de su piel.

En su memoria, recuerda cómo se desintegraba su ropa y se producían lesiones en el rostro. Diputadas proponen hasta 16 años de prisión por ataques con ácido Los responsables huyeron y la víctima esperó la llegada de paramédicos para su traslado hasta una clínica. Una vez en el Hospital de La Margarita, un especialista le diagnosticó quemaduras de primer grado en su rostro y daños en las corneas como consecuencia de la agresión.

Estas lesiones no fueron más graves gracias a las capas de la ropa que traía, además de que el uso de cubrebocas impidió la entrada del químico a su cuerpo y de inmediato utilizó agua en la zona.

Por su parte, la titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Puebla (SSC), María del Consuelo Cruz Galindo, reconoció lo ocurrido y señaló que su dependencia había dado la asistencia necesaria a la víctima.

Además, indicó que la víctima había sufrido amenazas previas por redes sociales que junto con lo ocurrido el pasado lunes, ya es investigado por la Policía Cibernética, la Policía Municipal y la Fiscalía General del Estado.

No obstante, Andrea no quiso abundar en el tema legal para no entorpecer las investigaciones, pero aseguró que su intención con la entrevista es visibilizar la violencia que enfrenta la entidad, así como llamar a la población a no permitir la violencia. “Así como me pasó a mí le puede pasar a cualquier persona y no hablamos solo de género: hombre, mujer, un niño, le puede pasar a cualquiera.

Tomen conciencia de que la sociedad está corrompida, pero no por eso vamos a dejarnos. Hay autoridades que nos pueden ayudar. Entonces, hombres, mujeres, no se dejen violentar por nadie, amenazas;, no acepten nada de eso en su vida”, concluyó la joven.

Sanciones más duras

Por su parte, el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, llamó a los diputados locales a legislar para las agresiones con ácido u otras sustancias contra las mujeres sean un delito que amerite la prisión y sea tipificado como grave, pues en el caso de la poblana agredida en Bosques de Amalucan, se exigirá a las autoridades de seguridad que lleguen a las últimas consecuencias.

En el tema de agresión que sufrió una mujer con ácido el pasado 1 de agosto, el alcalde dijo que se le brindó apoyo. Indicó que la ley debe ser implacable, dar con los responsables y llegar hasta las últimas consecuencias, por lo que pidió al Congreso local a trabajar en una iniciativa para castigar a quienes agredan a las mujeres con este tipo de sustancias u otras.

A su vez, el diputado local Néstor Camarillo señaló que ya presentó una iniciativa para castigar a quienes agredan a las mujeres con sustancias corrosivas, por lo que aseguró que se propone por lo menos 13 años de pena y que aumente cuando hay una relación de confianza o sentimental.