Tres explosiones de material pirotécnico en tan sólo cuatro días dejaron como saldo ocho personas fallecidas, 19 heridas y daños materiales, sobre todo en viviendas. Sin embargo, estos incidentes no son algo nuevo en la entidad, pues en los últimos cinco años han cobrado la vida de 33 personas, de quienes 13 eran menores de edad.
En ese lapso se registraron al menos 13 siniestros en lugares dedicados al almacenamiento y producción de artefactos explosivos desde el 2017. Seis de estos eventos tuvieron saldos de víctimas mortales.
La alerta se encendió de nuevo en esta semana, luego que el domingo por la noche, en la comunidad de Zacatepec del municipio Juan C. Bonilla, estalló un polvorín que cobró la vida de una mujer de 19 años de edad y dejó a otras ocho personas con heridas, de las que cuatro continúan hospitalizadas; una de ellas con intubación y dos bebés de tres y 11 meses de edad.
No habían pasado 24 horas de ese evento cuando en Santiago Tenango, del municipio General Felipe Ángeles, estalló un polvorín en el que fallecieron siete integrantes de la familia Nieto Reyes. Actualmente hay una adolescente de 13 años de edad hospitalizada y con diagnóstico reservado.
Estos dos siniestros se registraron en sitios donde se producían juegos pirotécnicos de manera clandestina.
El miércoles se registró otra conflagración en Xiutetelco, ubicado en la Sierra Norte, cuando una pareja trasladaba pirotecnia en un “diablito” y ésta explotó dejando a las dos personas heridas. Personal médico y elementos de seguridad pública se movilizaron para controlar la situación.
Un mes antes, el pasado 4 de noviembre otro estallido causó pánico entre la población de este último municipio, cuando en la colonia Nueva Italia un polvorín con permisos de operación explotó por el mal manejo de los materiales. De este evento no se reportaron personas lesionadas ni fallecidas.
En el 2020, el 28 de diciembre falleció una persona por la explosión de un polvorín también en Xiutetelco. Y en ese mismo año, el 15 de mayo, se registró otro incendio con las mismas características, sin embargo no hubo más que daños materiales.
En el 2019, se registraron dos explosiones de talleres de material explosivo en el estado. El primero tuvo lugar en Huejotzingo el 20 de mayo, y no se reportaron víctimas. El segundo siniestro ocurrió el 6 de diciembre en Amozoc; en este evento murieron cinco personas y nueve resultaron heridas.
Para el 2018 dos explosiones dejaron como saldo daños materiales y dos personas lesionadas. Uno ocurrió el 2 de enero en San Gabriel Chilac y el segundo tuvo lugar el 2 de agosto en Xochitlán, este último reportando un par de heridos.
EL MÁS CATASTRÓFICO
El año más catastrófico fue el 2017. El primer suceso ocurrió el 8 de mayo y fue el más letal. Fallecieron 15 personas y 29 requirieron de atención médica, por el mal manejo de pólvora en un taller de almacenamiento ubicado en la comunidad de San Isidro, perteneciente al municipio de Chilchotla. De los muertos, 11 eran menores de edad.
En el mismo mes de ese año, en San Cristóbal Tepontla, del municipio de San Pedro Cholula, también detonó un domicilio con pólvora al interior. No hubo lesionados ni fallecidos.
En Xiutetelco, el 10 de noviembre del 2017 otra explosión dejó como saldo cuatro heridos, y el 21 de diciembre en el mismo municipio, otro evento similar cobró la vida de cuatro personas, de acuerdo con una revisión de los datos sobre este tipo de incidentes.
Fuente: Crónica
