Hasta 20 mil niños poblanos, en riesgo de ser reclutados por criminales

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 09-09-2021

En Puebla se encuentran entre 11 mil 317 y 19 mil 500 niños, niñas y adolescentes en riesgo de ser reclutados o utilizados por grupos delictivos.

Lo anterior se desprende del informe Reclutamiento y Utiliza­ción de niñas, niños y adolescen­tes en México, elaborado por el Observatorio Nacional Ciudada­no y la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), pre­sentado esta semana.

Se considera grupo de ries­go a los menores de edad que no asisten a la escuela y trabajan en la entidad, de la que se obser­van los índices delictivos. Estas actividades en las que niños y adolescentes ganan dinero pue­den ser ilegales. Además, se to­ma en cuenta adolescentes que ya no son solteros.

Puebla se ubica entre las cin­co entidades que concentran 55% de la población de meno­res de 17 años que podrían de­dicarse a alguna actividad ilíci­ta, con 7.8%.

Estado de México registra 9.7%, Jalisco 8.6%, Chiapas 8.1%, Guanajuato 7.3%, Vera­cruz 7.2% y Michoacán 6.5%.

Las condiciones de vulnerabi­lidad para los menores de edad se incrementan durante la pan­demia por COVID-19, advierten, ya que en los hogares, tras la pér­dida de empleos, niñas y niños se ven orillados a trabajar en la in­formalidad y, por tanto, están más expuestos a las redes criminales.

Esto, porque son una pobla­ción que menos ejercen sus dere­chos, como a asistir a la escuela.

¿QUIÉNES LOS ENROLAN?

De acuerdo con el documento, entre los actores principales del reclutamiento se encuentran familiares dedicados a activida­des ilícitas y delincuentes que pueden “engancharlos” a tra­vés de engaños o promesas de trabajo.

En este sistema se encuentran involucrados policías ministeria­les, de investigación y la socie­dad en general.

Se da en un contexto social, donde los grupos delictivos ocu­pan un puesto importante den­tro de las comunidades, ya sea con la entrega de despensas, oportunidades de empleo o con la promesa de protegerlos y brin­darles seguridad.

Y cuando son prácticas fami­liares o de pandillas, participar en la perpetración de delitos ya es parte del ser y hacer de niñas, niños y adolescentes.

Los puestos a los que acceden –explica el informe de la Redim– son para tareas de mensajería, halconeo, empaquetado, distri­bución al menudeo, y poco a po­co con capacitación y adiestra­miento son utilizados como ga­tilleros y sicarios, cobro de ex­torsiones, rescates de secuestros y cobro de piso con la promesa se llegar hasta jefes de plaza.

Para que salgan de esa situa­ción con grupos criminales los niñas, niños y adolescentes, só­lo tienen tres opciones: deten­ción, homicidio o desaparición, pues la reinserción a la sociedad se lograría sólo con la desmovi­lización de las redes delictivas.

Fuente: Crónica

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