Infosalus dio a conocer que ser feliz puede que nos cueste en esta pandemia de COVID-19 y es que cada vez está todo más negro y difícil, no sólo en el panorama sanitario, sino también en el económico, y vemos a nuestro alrededor gente que está sufriendo. Está claro que de ésta saldremos, pero aún no sabemos cuándo. ¿Cómo vamos a ser felices en este contexto?
“Pues se puede y se debe. La felicidad la usamos cuando estamos entusiasmados, emocionados, exaltados, pero esto no es un sentimiento. No está asociada a ninguna causa, carece de causa, es un modo de estar en el mundo, es una actitud, se decide o no el estar feliz. ¿Cómo? Con el agradecimiento. Mirando las cosas buenas que tiene tu día a día que, seguro que, por poco que halla, hay algo bueno”, asegura en una entrevista con Infosalus la psicóloga sanitaria y doctora en Neurociencia Ana Asensio.
Con motivo de la publicación de ‘Vidas en positivo’ (Editorial B de Bolsillo, Penguin Random House), “una herramienta para aprender a ser más feliz, y una filosofía vital necesaria en los momentos más complicados”, la experta menciona que también podemos alcanzar la felicidad estos días si aprendemos a relativizar: “Es importante ver dónde estamos, y además, teniendo en cuenta que la felicidad es un estado de consciencia de evolución, siendo conscientes de todo lo que hemos aprendido y nos hemos superado en este tiempo. ‘Madre mía, todo lo que he aprendido y en lo que me he convertido, hasta dónde he llegado’”.
La también directora del Gabinete psicológico Vidas en positivo resalta por tanto que la felicidad es un entrenamiento, brota del interior de uno, y carece de causa: “Las cosas de la vida contribuyen a hacerte más o menos feliz, pero está dentro, es una actitud. Pero si tienes una época muy dura, difícil, dirás ‘estoy triste’, ‘esta época es muy difícil’, pero si estás en sintonía contigo, si eres coherente y te tratas bien, sentirás que a pesar de este fallecimiento, de esa pérdida de trabajo, tú te sigues queriendo y estás en conexión contigo, serás feliz”.
Según defiende Asensio, se trata de actitudes “que se entrenan” y por ejemplo si tenemos un mal día también puede sernos útil el pensar que igualmente disfrutamos de días buenos. “La realización del anhelo de felicidad pasa por comprender el tiempo, que todo cambia, todo pasa, todo se va y viene. Pasa por comprender nuestra naturaleza finita, por comprender que todos los seres humanos queremos nuestro propio bien, y claro que podemos conseguirlo. Recuerda que para ser feliz no sólo es necesario serlo, es importantísimo saberlo”, asegura la psicóloga sanitaria.
Además, resalta que querernos es una base importante para ser felices, y eso posibilitará estar conectado con nosotros mismos, respetarnos, cuidarnos y, como consecuencia, sentirnos bien. “Si nos sentimos bien, automáticamente querremos salir al mundo a contarlo y dar lo mejor de nosotros porque querremos hacer felices a los demás. No lo olvidemos: el ser humano es social por naturaleza, necesita sentirse conectado con los demás. Y si esto ocurre desde el ser más profundo, desde la verdad de cada uno, nos hará sentir bien, acompañados, queridos”, agrega.
Es más, pide ser consciente de que nos sentimos bien cuando alguien nos escucha o comprende, o cuando no nos sentimos juzgados o no nos juzgamos a nosotros mismos. “¿Por qué te sientes bien cuando ayudas a alguien sin esperar nada a cambio? Está demostrado científicamente que la química que nos produce bienestar se dispara con las buenas acciones, con la hermandad, con las relaciones sociales, con la sensación de ser útiles, de tener algo que hacer para ofrecer y servir a los demás”, añade.
Ana Asensio recuerda aquí que su padre siempre le decía que esto tiene un efecto ‘boomerang’ y lo que va vuelve. “Por eso siempre propongo que seamos conscientes y empecemos aportando nuestro granito de arena de actitud, amabilidad, cuidado y atención; que entendamos que la productividad se hace más grande cuando nace el corazón y de la intención de ayuda noble y verdadera”, subraya.
SER AMABLE CON UNO MISMO
Con ello, añade que el primer principio para ser feliz de verdad es ser amables con nosotros mismos, convertirnos en alguien que se ayuda a sí mismo. “Date un empujón con mensajes del tipo ‘la próxima vez será mejor’, ‘venga, adelante, que lo estás haciendo bien’, ‘poco a poco’. Puedes escribirlos, dejarlos en un lugar visible de tu casa o el trabajo, pensarlos durante el día, o hacer una meditación diaria de unos minutos donde te des ese mensaje de amor para ti mismo”, defiende.
Asimismo, la doctora en Neurociencia apuesta por la alegría, “un buen aliado de la felicidad”, un estado de ánimo que sentimos cuando estamos a gusto en una situación concreta. “Por algo que ha pasado recientemente o por un recuerdo placentero que evoca un pasado lejano. Así, podemos sentirnos alegres porque estamos realizando una actividad divertida, nos han podido contar algo que nos alegra, por ejemplo. Pero la alegría interna y profunda, aquella que constituye en parte la felicidad, no ocurre por un motivo concreto: forma parte de esa conexión con uno mismo y con la vida, y forma parte también de una actitud y una apuesta por estar bien”, describe la experta.
La directora del Gabinete psicológico Vidas en positivo insiste con ello en que ser feliz es un estado interno y depende de nuestro trabajo, voluntad y responsabilidad. “Es bueno conocer tus límites. Otro principio importante y necesario es la confianza que nos da ese poso de tranquilidad, de que la vida está a nuestro favor, de que estamos en un lugar seguro”, detalla Asensio.
También ve importante tener en cuenta el poder de la sonrisa y ser agradecido, es de las actitudes que más nos conectan con la felicidad, con la abundancia, con la suerte, con la sensación de poder confiar.
Aprender a vivir sin miedo es otro de sus consejos, puesto que, según advierte, el miedo es uno de los sentimientos más paralizadores que experimenta el ser humano. Afrontar las adversidades es otra de las vías para ser feliz, a pesar de que puedan resultar situaciones dolorosas o críticas. “Las adversidades serán una circunstancia de la que aprenderemos seguro, aunque sea un aprendizaje que nos lleve días, o incluso años”, añade.
Ser consciente de que la coherencia entre lo que se hace, se dice y se piensa es muy importante para contribuir a nuestra felicidad. “La aceptación es uno de los pilares de la felicidad. Cultivarla, aceptar lo que hay y saber discernir son valores y actitudes vitales para encontrar esa felicidad verdadera. Es fundamental también saber que se puede estar triste y enfadado y al mismo tiempo ser feliz”, mantiene.
Finalmente, Asensio pone en valor la atención a la queja, el no instalarse en la queja continua: “Como eres lo que haces, corres el riesgo de convertirte en un rollo. Si puedes intenta convertir siempre esa queja en una crítica con opción a que en el laberinto encontremos el camino porque en la queja no existe el cartel de salida. Transforma la queja en una necesidad y dale la vuelta, de esa manera te ayudarás a conseguirlo, tu mente lo entenderá. No es lo miso decir ‘qué asco todo’, que decir ‘necesito sentirme bien y para eso me gustaría X’