España no tiene constancia del presunto mal estado de salud del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, como informó en su comunicado oficial la FGR.
Fuentes penitenciarias de España dijeron a Animal Político no tener constancia de que Lozoya tuviese algún padecimiento.
A su llegada a México, el exdirector de Pemex fue trasladado a un hospital debido a problemas de salud importantes, lo que fue ratificado por un médico de la propia familia del exfuncionario.
“El perito médico de la Fiscalía General de la República (FGR), por su parte, realizó la revisión física y médica correspondiente del extraditado y encontró anemia desarrollada y problemas sensibles en el esófago, así como una debilidad general en toda su salud, por lo que propuso su internación en un hospital. La familia del extraditado pidió, y se le autorizó, que un médico particular hiciera también una revisión, en la que encontró los mismos síntomas. En razón de lo anterior, el MPF ordenó su traslado a un hospital”, dijo la Fiscalía en su comunicado.
Emilio Lozoya fue detenido en Málaga, España el pasado 13 de febrero. Posteriormente se le trasladó a una cárcel en Madrid durante se desarrollaba el juicio de extradición que finalmente concluyó con el exdirector de Pemex aceptando la misma a cambio de colaborar con la Fiscalía y obtener algún beneficio legal. En todo ese lapso no se reportaron problemas de salud del exfuncionario del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
¿Un traslado que no existió?
El exdirector de Pemex llegó poco antes de la una de la mañana al Aeropuerto internacional de la Ciudad de México en un avión de la Fiscalía General de la República (FGR) proveniente de España, país del que fue extraditado en cumplimiento de dos órdenes de aprehensión por los casos Odebrecht y Altos Hornos de México.
Hasta ahí todo marchaba como estaba previsto. Pero en las horas posteriores, lo que debió ser una puesta a disposición ante los jueces que ordenaron su captura se convirtió en un traslado a un hospital por problemas de salud realizado en medio de versiones contradictorias.
De forma cronológica los hechos ocurrieron de la siguiente forma: a las 3:58 de la mañana de este viernes un convoy compuesto por 6 camionetas, un automóvil y 2 motocicletas – todos de la FGR – abandonó las instalaciones del aeropuerto capitalino en el oriente de la capital.
El trayecto del convoy fue seguido por numerosos medios de comunicación. A las 4:24 de la mañana el convoy llegó al Reclusorio Preventivo Norte en la alcaldía Gustavo A. Madero donde decenas de fotógrafos y camarógrafos ya lo esperaban.
En los 15 minutos siguientes los vehículos permanecieron detenidos debido a que la presencia de los medios impidió que el convoy ingresara rápidamente al complejo. Finalmente, a las 4:42 de la mañana, las dos camionetas que lideraban el convoy, una blanca y una negra, ingresaron al área de estacionamiento frontal del complejo penitenciario donde ya no pudieron ser seguidas por la prensa.
En los minutos posteriores los medios de comunicación dieron por un hecho que Emilio Lozoya había ingresado al reclusorio en uno de esos vehículos e incluso se difundió con insistencia la fotografía de un hombre dentro de una de las camionetas, que portaba chaleco antibalas, cubrebocas y gorra, asegurándose que se trataba de Lozoya.
Incluso a las 6 de la mañana el Consejo de la Judicatura Federal activó a través de su área de comunicación social un chat en la aplicación whatsapp en donde se darían a conocer los pormenores de la audiencia inicial de Lozoya, luego de que debido a restricciones sanitarias no se permitiría el ingreso del público y prensa a la misma.
No obstante, los minutos transcurrían sin que se confirmara oficialmente a qué hora se llevaría a cabo la referida audiencia ya que la FGR no había solicitado que se programara la misma.
A las 7:01 de la mañana la FGR difundió el comunicado 225/20 en el que confirmaba que Lozoya había llegado al Aeropuerto, sin embargo, reveló que la revisión médica que conforme a la ley debe realizarse a cualquier detenido al llegar a otro sitio, había evidenciado problemas importantes de salud en el exdirector de Pemex, entre ellos “anemia desarrollada y problemas sensibles en el esófago”. Esto, según la Fiscalía, fue corroborado también por un médico privado de la familia del exfuncionario.
Por este motivo, la FGR indicó que el Ministerio Público ordenó el traslado del detenido a un hospital para su internamiento y observación en calidad de detenido, situación que fue notificada a los jueces correspondientes. Es decir, según la información oficial de la Fiscalía, Lozoya no fue trasladado al penal capitalino.
A las 7:45 de la mañana autoridades de la FGR contactaron a Animal Político para ratificar que Lozoya nunca fue trasladado al centro penitenciario, sino que se le llevó directamente a un hospital, y que el convoy que los medios siguieron durante la madrugada fue “una diligencia distinta”, de la que hasta el momento no se han dado detalles.
No obstante, de forma paralela a este hecho en la conferencia matutina que el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció desde Colima, el secretario de seguridad Alfonso Durazo señalaba, aunque en un tono de duda, que Lozoya había sido llevado al reclusorio capitalino.
“Efectivamente fue ingresado en este penal pero fue trasladado inmediatamente después a un hospital por algunos síntomas de algunas molestias que presentó. Estoy tratando de localizar el reporte de la Fiscalía…” dijo Durazo.
Pese a dicho señalamiento la FGR – que finalmente es la instancia legalmente responsable del traslado y manejo de Lozoya – mantuvo su postura respecto al traslado directo del aeropuerto al hospital de Lozoya.
Esta versión fue fortalecida posteriormente por autoridades del Gobierno de Ciudad de México quienes a las 8:30 de la mañana confirmaron a Animal Político que Lozoya nunca fue ingresado a las instalaciones del Reclusorio Preventivo Norte.
Por su parte el Consejo de la Judicatura Federal ratificó a las 9 de la mañana a este medio que la audiencia inicial de Lozoya nunca fue programada ya que, aunque estaban listos para ella, la Fiscalía no solicitó la realización de la misma.
A su vez, ni el Poder Judicial ni el gobierno capitalino tenían corroborado, hasta las 10 de la mañana, si realmente iba una persona detenida en el convoy que durante la madrugada siguieron los medios y en donde se supuso que iba el exdirector de Pemex.
Fuente: Animal Político