El PRI de Puebla lamenta las inoportunas declaraciones del gobernador del Estado, Luis Miguel Barbosa Huerta, sobre la muerte de la exgobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso Hidalgo y el exsenador de la República, Rafael Moreno Valle Rosas.
Sin existir un dictamen oficial por parte del Gobierno de México sobre las causas de la muerte de los políticos en la caída de un helicóptero Agusta, el pasado 24 de diciembre, el gobernador recordó que le “robaron” la gubernatura, y por eso, los castigó Dios, por lo cual hacemos un llamado a la madurez política.
Además, el PRI considera que el tema es sumamente sensible para la sociedad poblana porque más de la mitad de la población (53 por ciento) piensa que la muerte de los exmandatarios fue provocada, según la última encuesta de Parametría, lo cual habla de una polarización en torno al tema.
Pedimos que Barbosa Huerta se conduzca con prudencia, para evitar que la investidura que ostenta sea motivo de escarnio público y aumente la polarización social, además que prescinda de hacer juicios morales hasta que el caso se esclarezca de forma oficial por las autoridades correspondientes.
Han pasado casi 10 meses desde el fallecimiento de la primera exgobernadora de Puebla, y de su esposo, el exsenador Rafael Moreno Valle Rosas, y a la fecha no hay datos sobre el avance de las investigaciones que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se comprometió a ofrecer a la opinión pública, y aún existe desinformación de la causa del accidente.
Recordemos que el mismo secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, hizo un llamado a no dar lugar a especulaciones y a hacer un esfuerzo de madurez en torno a un tema tan sensible para la sociedad poblana, que exige respuestas claras sobre lo que la población considera como un “magnicidio”.