Carlos Urzúa se ve de buen humor. Pareciera que su renuncia a la Secretaría de Hacienda, el pasado martes 9, sólo es un dato más en su biografía. No hace falta sacarle las palabras con tirabuzón: tiene muchas ganas de hablar. Lo hace como siempre: intercalando anécdotas graciosas y con numerosas digresiones
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