Datos obtenidos por un investigador de la UNAM en el diseño de un modelo matemático indican que la propagación del COVID-19 en México “es algo inevitable”, y que, según las estimaciones, el brote infeccioso de esta enfermedad se daría entre el 20 y el 30 de marzo.
Gustavo Cruz, integrante del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, señaló que, aunque el COVID-19 ya llegó a México, “será hasta dentro de dos o tres semanas cuando el número de contagios se eleve de forma exponencial, por lo que saber esto con anticipación es una buena medida para prepararnos ante la epidemia inminente”.
También el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, señaló que en dos semana se podría pasar a la fase de contagio local, pero aclaró que las autoridades están preparadas.
“De aquí a 15 días podríamos estar en una fase de transmisión comunital... En el minuto que detectáramos que entramos a fase de transmisión comunital, lo vamos a decir”, aseguró.
Por ahora, descartó la necesidad de restringir viajes o suspender actos masivos. “No está comprobado que estas medidas extremas pudieran ayudar a disminuir el riesgo de transmisión”, dijo.
En una entrevista en la Gaceta de la UNAM, Gustavo Cruz expuso que, en términos epidemiológicos, se dice que hay un brote infeccioso cuando, a una población sin la enfermedad, llega un infectado y contagia a más de una persona.
“Hay quienes calculan que el R0 (número reproductivo básico de contagios de una enfermedad) de este nuevo coronavirus podría ir de 1.5 a cuatro, lo cual nos plantea un intervalo muy grande, aunque a partir de lo observado en Wuhan, China, estimamos que esta cifra es de 2.5. Tan sólo para contrastar, diremos que el número reproductivo básico del virus H1N1 era de 1.7, lo que nos da un atisbo de lo que podría venírsenos en breve”, anota el investigador en la entrevista.
Gustavo Cruz colaboró en el diseño de un modelo matemático capaz de determinar la velocidad de los contagios, la fecha en que se registrarían los casos y la efectividad de las medidas de contención aplicadas, consiguiendo índices de predicción muy altos.
Con base en esa experiencia, el académico hoy trabaja en una modelación que anticipa el comportamiento del nuevo coronavirus en el país.
“La base de este trabajo es un modelo clásico de 1927 ideado por los médicos escoceses W. O. Kermack y A. G. McKendrick, el cual emplea un sistema de ecuaciones diferenciales a fin de detallar cómo surge un brote infeccioso, su crecimiento, en qué momento alcanza su máximo y cómo después decae, todo ello a partir de dos parámetros: uno biológico y otro social. En este caso, hemos complementado estas ecuaciones diferenciales con difusión clásica para formar lo que se conoce como un sistema de reacción-difusión”.
En tanto, el Tecnológico de Monterrey anunció ayer, por medio de un comunicado, que cancelará las clases presenciales en preparatoria, profesional y posgrado, y que esta medida entrará en vigor a partir del 17 de marzo.