El miedo a contagiarse de COVID-19, la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus, ha provocado un aumento brusco de la demanda de cubrebocas y una consecuente escasez, a pesar de que la mayoría de la gente que no está enferma no las necesita.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) no recomiendan que la gente use cubrebocas para protegerse del virus. Deben usarlas las personas infectadas o las que exhiben síntomas tales como fiebre y dificultad para respirar, así como los trabajadores de la salud.
Sin embargo, están agotadas en muchos negocios, mientras que otros venden cantidades limitadas a cada cliente. Amazon vigila su página en un intento por evitar que vendedores inescrupulosos aprovechen el pánico para elevar los precios.