El gobierno mexicano comenzó la devolución de cientos de migrantes, sobre todo provenientes de Centroamérica, que ingresaron a la fuerza este lunes después de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador les negara el ingreso al país para atravesarlo y llegar a la frontera con Estados Unidos.
El Instituto Nacional de Migración señaló que un vuelo había partido la tarde de este martes (tiempo del centro de México) con destino a la ciudad de San Pedro Sula, en Honduras, con 109 personas de esta nacionalidad, desde el Aeropuerto Internacional Carlos Rovirosa Pérez, en Villahermosa, Tabasco, en el sur del país.
“El retorno se realiza en acuerdo con autoridades del gobierno de Honduras, en estricto apego al respeto a los derechos humanos y cumpliendo con las normas y procedimientos migratorios vigentes”, señalaron las autoridades migratorias mexicanas.
“Estas dos conducciones aéreas son las primeras de este año y se tiene previsto que se lleven a cabo más en los próximos días”, añadieron.
Unas horas antes, el Instituto de Migración había enviado un vuelo a la misma ciudad hondureña desde el mismo punto en Tabasco. En el primer vuelo, se transportaron a 110 personas originarias de Honduras, acompañados por agentes federales y elementos de la Guardia Nacional.
Sin embargo, las autoridades mexicanas no dieron a conocer cuántos de los migrantes que fueron regresados a sus países de origen estaban entre aquellos que este lunes irrumpieron en el país.
Y es que ayer, cientos de personas, provenientes sobre todo de Centroamérica, y en particular de Honduras, cruzaron el río Suchiate, una de las fronteras naturales entre tierras guatemaltecas y mexicanas.
Los migrantes, que sólo llevan consigo algunas pocas pertenencias, tomaron la decisión después de que el gobierno mexicano se negara a permitirles pasar por México para llegar a Estados Unidos. Unas horas antes enviaron una carta a López Obrador donde aseguraban buscar apenas pasar por el territorio nacional “con orden” y en busca de empleo.
Sin embargo, aquellos que pudieron conseguir ingresar en el estado mexicano de Chiapas, aunque intentaron formar una caravana para seguir su camino hacia Estados Unidos, comenzaron a ser rodeados y detenidos por miembros de la Guardia Nacional, el cuerpo de seguridad creado el año pasado y que se encuentra ubicado estratégicamente desde junio a lo largo de la frontera sur mexicana.
Antes, una parte de la caravana había lanzado “proyectiles” (piedras y otros objetos) a las autoridades federales mexicanas, que replegaron a los migrantes.
En las imágenes de las televisoras se puede apreciar cómo los migrantes son tomados a la fuerza y sometidos para ser llevados en transportes oficiales del Inami. Varios de los integrantes de la nueva caravana migrante son menores de edad y mujeres.
De acuerdo con reportes de medios locales, algunos de los migrantes que lograron escapar de la detención se refugiaron en la maleza de la zona, pero no es un refugio ideal, ya que durante el día el clima es agobiante y durante la noche el frío es insoportable.
Por la noche del lunes, y luego de nuevo por la mañana de este martes, el mandatario mexicano confirmó que la Guardia Nacional arrestó a 402 migrantes durante los eventos de ayer.
“Los conservadores quisieran que se reprimiera, tener la foto de un guardia nacional golpeando a un niño migrante. Pues no, porque no somos iguales”, explicó López Obrador, en su rueda de prensa matutina en Palacio Nacional.
Más tarde, su Canciller, Marcelo Ebrard, y la secretaria de gobernación, Olga Sánchez Cordero, defendieron la postura de la administración. El secretario de Relaciones exteriores destacó que “México tiene una de las posiciones más generosas del mundo” en materia migratoria.
“Todas y todos fueron respetuosos” con las personas migrantes, añadió Ebrard, quien detalló que ya se han repatriado a más de 250 personas. “Les habían ofrecido toda clase de informaciones, por no decir falsa”, explicó Ebrard como una de las causas por las que se originó dicha caravana que llegó el fin de semana pasado a la frontera sur de México.
Sánchez Cordero, por su parte, dijo que la Guardia Nacional cumplió con su mandato de mantener el orden. Esta corporación fue desplegada desde mediados de 2019 para evitar el flujo migratorio centroamericano y así cumplir con los deseos de Estados Unidos y de Donald Trump, que habían amenazado a México con la imposición de aranceles.
“La Guardia Nacional se comportó conforme a los ordenamientos que le han dado, no tenemos heridos por fortuna, no tenemos una situación que lamentar y bueno a pesar de las pedradas que se recibieron y de una situación muy tensa, podemos decir que sí el día de ayer alguien tenía la intención de provocar (violencia), no cumplio su cometido”.
La ex ministra indicó por último que el gobierno federal está en favor de una migración, ordenada, regulada y segura, algo que los críticos han señalado como una mentira, ya que la actual administración se ha alineado a los intereses estadounidenses y ha cerrado sus fronteras con la ayuda de sus fuerzas de seguridad federales.
Fuente: Infobae