El poderoso líder del sindicato de Petróleos Mexicanos (Pemex), Carlos Romero Deschamps, acumula tantos años en el poder como acusaciones de corrupción.
Inicio de una vida política y polémica
Desde 1993, Romero Deshamps apodado "el Güero" por su tez blanca, dirige el Sindicato de Trabajadores Petroleros De La República Mexicana (STPRM).
Se sabe que el organismo creado en 1935, cuenta actualmente con 93,586 afiliados en activo y 52,000 jubilados.
Se integra por 36 secciones por todo el país con sus jurisdicciones propias, obteniendo recursos mediante cuotas sindicales y contratos.
Pemexgate
Romero Deschamps comenzó desde muy abajo en la organización como chófer hasta estrechar lazos con otro gran sindicalista, Joaquín Hernández "La Quina".
Hernández fue destituido, encarcelado durante varios años y posteriormente amnistiado. Y Romero Deschamps, de facto, lo sustituyó tras la designación temporal de un líder interino.
Uno de los primeros escándalos más cercanos a Romero Deschamps fue el del Pemexgate que consistió en el desvío de fondos millonarios del sindicato a la campaña del candidato presidencial del PRI en 2000, hecho del que salió librado.
El caso quedó demostrado y por eso se impuso una multa histórica al PRI, pero Romero Deschamps obtuvo un amparo, señaló en su momento la periodista Ana Lilia Pérez, autora, entre otros, del libro "Pemex RIP. Vida y asesinato de la principal empresa mexicana".
'Sobreviviente' cobijado por el poder
La supervivencia de Romero Deschamps, que ha sido capaz de reelegirse en numerosas ocasiones en el sindicato, también se debe a motivos políticos.
En primer lugar porque gozó de fuero en varios periodos como diputado y senador por el PRI, una prueba más de sus vínculos.
"Por muchos años ha existido una cercanía del sindicato con el presidente de turno. Porque el sindicato garantizaba votos y era un apéndice del PRI", que se mantuvo en el poder durante décadas y hasta 2000, apuntó la experta.
En 2013, la detención de otra poderosa líder y amiga, Elba Esther Gordillo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), parecía presagiar la caída de Romero Deschamps.
Pero no fue así, y este hombre -una figura escurridiza ante la prensa- se ha mantenido en el poder del sindicato más de un cuarto de siglo.
"Está en la tradición del sindicalismo oficial mexicano que los líderes se eternicen. Los presidentes (mexicanos) no se reeligen, pero los líderes sí", señaló Lorenzo Meyer, profesor emérito de El Colegio de México.
Sus presuntos actos no son nuevos para el sindicato, favorecido desde su nacimiento por privilegios. Formado en 1935, se considera al STPRM como una antesala a la nacionalización del petróleo impulsada por el emblemático presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940).
Por ejemplo, señaló Pérez, para que un trabajador fuera empleado de Pemex necesitaba una "ficha" del sindicato, una autorización que se usó como "moneda de cambio" durante décadas, mediante la compraventa o el alquiler de la misma.
Con la llegada de López Obrador al poder y sus promesas anticorrupción, vendió al "pueblo de México", la posibilidad de investigar al líder, aunque al principio de su mandato dijo que no estaba entre rus prioridades del mandatario y que no habría persecución política.
Una vida de lujos y derroche
A continuación otros escándalos ventilados por medios de comunicación sobre Romero Deschamps:
De acuerdo con diversas versiones periodísticas, se dio a conocer que el líder petrolero ostentaba relojes de la marca Aude Piquet, valuados hasta en 7 millones de pesos y que contaba con un departamento en Cancún valorado en 18.7 millones de pesos, propiedades en The Bath Club en Miami valuados en más de 110.8 millones.
En 2012 su hija, Paulina Romero, causó controversia luego de compartir fotos en redes sociales de sus viajes en jets privados, bolsas de marca y joyas.
Un año después, su hijo Juan Carlos Romero recibió de regalo, presuntamente de su padre, un Ferrari Enzo, valuado en 2 millones de dólares.
Ese mismo año, el medio Reforma daría a conocer que Romero Deschamps tendría una casa de seis millones de dólares en Acapulco, Guerrero.
En 2017, el medio La Jornada publicó que habría una solicitud de juicio político contra Romero Deschamps en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH); demandas de malversación de fondos sindicales, acusaciones de complicidad en el robo de gasolina, de negociación de plazas y supuesta violación de los estatutos laborales.
Deschamps en la era de la 4T
Con el arribo de López Obrador a la Presidencia el pasado 1 de diciembre, y la pérdida por Romero Deschamps de su escaño en el Senado en 2018 y del fuero constitucional que le concedía, los tentáculos de la justicia parecen estrecharse de nuevo contra este líder petrolero.
"La decisión es que no se proteja a sindicatos, que no se proteja a dirigentes, que sean los trabajadores los que elijan libremente a sus representantes. (Pero) no queremos actuar de manera espectacular, siempre lo he dicho", apuntó López Obrador esta semana cuestionado por enésima vez sobre el futuro del líder petrolero.
Luego de dejar el Senado, trabajadores petroleros entregaron ante la Fiscalía pruebas sobre su presunto enriquecimiento ilícito de 150 millones de dólares.
En julio de este año, Gran Alianza Nacional Petrolera amplió una denuncia, interpuesta en 2016, en la que se afirma que Romero Deschamps, su familia y amigos cercanos construyeron negocios irregulares y que disfrutaban de una vida "ostentosa" a costa de los recursos sindicales.
En Septiembre pasado el líder petrolero se dejó ver haciendo sobremesa en una cantina frecuentada por senadores.
Lo anterior, días después de la detención del abogado Juan Collado, con quien comía en Polanco, según se difundió, al momento de su aprehensión.
Fuente: Economía hoy