El gobernador de Aguascalientes, el panista Martín Orozco Sandoval, informó que no acudiría al evento que encabezó el presidente en esa entidad por los abucheos “sistemáticos” en contra de los gobernadores, aunque de igual forma fue abucheado cuando lo mencionó el mandatario Andrés Manuel López Obrador.

En un mensaje en Facebook publicado alrededor de las 3:45 de la tarde, cuando ya había comenzado el evento, el gobernador dijo que recibió en el aeropuerto al presidente y le informó “de viva voz” sobre su ausencia; agregó que el presidente aceptó su decisión.

“Se han vuelto sistemáticos y parte de la logística de estos eventos las arengas y abucheos en contra de los gobernadores”, dijo Orozco Sandoval, y agregó que, “como bien lo dijo el presidente, este tipo de acciones representan un gran infantilismo político de quien lo provoca”.

Por su parte, el superdelegado federal en Aguascalientes, Aldo Ruiz Sánchez, había asegurado que al evento podría ingresar cualquier persona con la condición de que guardara compostura.

Recibe abucheos

Pese al llamado del superdelegado, los cerca de diez mil asistentes al evento de López Obrador abuchearon al ausente gobernador.

Los insultos comenzaron cuando el presidente dijo que el gobierno federal trabaja de manera coordinada con el gobierno estatal y con los gobiernos municipales de Aguascalientes.

“No hay división, no hay pleito, porque somos respetuosos de la autonomía de las autoridades locales”, dijo López Obrador mientras los asistentes abucheaban y gritaban “no”.

“Si no está aquí el gobernador es porque se convino, llegamos al acuerdo…”, siguió el presidente mientras aumentaban los abucheos, “de que era mejor por lo que ha venido pasando, no prestarnos a un mal rato, que era mejor actuar con prudencia”.

“Aprovecho para decirles que el gobierno de Aguascalientes se ha portado muy respetuoso con nosotros y les pido que respetemos a las autoridades”, agregó el mandatario mientras elevaba la voz por el aumento de los abucheos.

“A ver, a ver, a ver, a ver, miren, la mayoría, no todos los que están aquí son religiosos, si o no. A ver, vamos a medirlo. En honor a la verdad, que es revolucionaria. La mentira es reaccionara, la verdad es cristiana, la mentira es demonio. Que levanten la mano los que son creyentes”, pidió al público.

Tras constatar quiénes eran creyentes y quiénes no, recordó que el libro fundamental de los cristianos es la Biblia, y que en ella dice que hay que respetar a la autoridad. Sin embargo, volvieron a sonar las rechiflas.

“Entonces, cada quien es libre, yo nada más comento de que no perdemos nada respetándonos unos a otros. Ya pasó el tiempo de las confrontaciones”, agregó el presidente.

Fuente: Proceso