Con 91 votos a favor de los 117 emitidos en el Senado, Alejandro Gertz Manero se convierte en el primer Fiscal General de la República, cargo en el que estará al frente por los siguientes nueve años.
Gertz Manero es actualmente el encargado del despacho de la Procuraduría General de la República (PGR) y fue titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) durante el sexenio del panista Vicente Fox del año 2000 al 2004.
Es egresado de la Escuela Libre de Derecho y es doctor en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha sido profesor en el ITAM, en la Universidad Anáhuac, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y es fundador y fue director general del Instituto Técnico de la Procuraduría General de la República.
Además ha escrito varios libros: Biografía de Guillermo Prieto; Antología del Pensamiento de John F. Kennedy; Biografía de Ignacio Allende; México, perfil de un rostro oculto; México-Estados Unidos Desarrollo Comparado durante el Siglo XX; y Seguridad y Justicia, Sí se puede y Democracia Real y Poder Ciudadano.
En el Servicio Público se ha desempeñado en varias áreas. En 1976 fue coordinador nacional de la campaña contra el narcotráfico a través de la Operación Cóndor. También fue secretario general del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Ha sido Procurador Federal de Defensa del Trabajo y fue secretario de Seguridad Pública del Gobierno del Distrito Federal durante las administraciones de Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Robles.
Vicente Fox lo designó como titular de la, entonces, recién creada Secretaría de Seguridad Pública (de la que fue el primer titular).
En 2009 fue postulado como diputado federal plurinominal por el Partido Convergencia.
En su ensayo como aspirante a la Fiscalía General de la República, Gertz Manero señala que es indispensable recuperar la credibilidad de la nueva Fiscalía y su defensa de las personas y los derechos humanos, así como el patrimonio nacional frente al delito, bajo premisas muy claras y eficientes de un plan de persecución penal.
Asegura que el monopolio de la acción penal se ha convertido en un instrumento más de opresión, humillación y frustración para víctimas y ofendidos, por lo que los niveles de descalificación del ministerio público, tanto del fuero común y federal, son inmensos y el rechazo a distintas instituciones se ha ido multiplicando conforme la criminalidad y la impunidad va creciendo.
En su ensayo garantizó el pleno respeto a los derechos humanos, legalidad, autonomía, eficiencia, honradez y profesionalismo, al indicar que lo verdaderamente urgente es recuperar la credibilidad en la procuración de justicia dentro de la ciudadanía mexicana.
Quien fuera secretario de Seguridad Pública Federal durante el sexenio de Vicente Fox Quesada, advierte que es indispensable recuperar la credibilidad, así como el patrimonio nacional frente al delito, bajo premisas recientes de un plan de persecución penal que permita privilegiar a los mecanismos alternativos de solución de controversias.
Por ello, considera que la FGR debe enfocar sus esfuerzos en combatir delitos de alto impacto, como el homicidio, secuestro, trata de personas, extorsiones y narcotráfico, para la cual, dice, se deben concentrar esfuerzos más sólidos, efectivos y profesionales de los agentes del Ministerio Público con la mayor experiencia, quienes deben continuar especializándose en cada una de las ramas fundamentales del ámbito delictivo, para así ejercer una función de defensa social que realmente tenga consecuencias positivas para las víctimas más desamparadas.
Además, recalca que el marco normativo de la Fiscalía permitirá enfrentar la incidencia delictiva que ha evidenciado estar vinculada con la carencia de Estado de Derecho.