A pesar de que tendrán atribuciones para atender temas económicos, políticos y hasta de seguridad pública, los próximos delegados de programas para el desarrollo, conocidos como superdelegados, no tendrán la obligación de cubrir perfil profesional alguno, ni siquiera será necesario que sean mexicanos o que hayan asistido a la escuela.
La propuesta de cambio a la Ley Orgánica de la Administración Pública excluyó los requisitos que se pidieron históricamente a los delegados estatales de las secretarías de Estado.
La Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados circuló el proyecto de dictamen a diputados federales y senadores, en el que se confirma que los llamados superdelegados no tendrán que cubrir requisitos para ese puesto.
Actualmente, la Ley establece que las secretarías de Estado tendrán delegados estatales, quienes deben cubrir los requisitos de “ser ciudadano mexicano por nacimiento y estar en pleno goce y ejercicio de sus derechos civiles y políticos; contar con estudios académicos en materias afines a las atribuciones que correspondan a la delegación respectiva”.
“Haber desempeñado cargos de alto nivel decisorio, cuyo ejercicio requiera conocimientos y experiencia en materia administrativa, y no haber sido sentenciado por delitos patrimoniales o estar inhabilitado para desempeñar un empleo, cargo o comisión en el servicio público”, ordena la legislación.
Pero el proyecto de dictamen eliminó todos esos requisitos para los superdelegados, que estarán bajo las órdenes de la Presidencia de la República, a través de una Coordinación General de Programas para el Desarrollo, aunque estarán adscritos a la Secretaría de Bienestar.
Estos delegados tendrán facultades para atender todos los temas federales, desde educación, salud, seguridad pública, programas sociales y hasta temas económicos, porque el dictamen dice que atenderán todos los asuntos respectivos de las secretarías de Estado.
El dictamen dice que “el titular del Poder Ejecutivo federal contará en las entidades federativas con las Delegaciones de Programas para el Desarrollo, que tendrán a su cargo la coordinación e implementación de planes, programas y acciones para el desarrollo integral, funciones de atención ciudadana, la supervisión de los servicios y los programas a cargos de secretarías, las dependencias y entidades, así como la supervisión de los programas que ejercen algún beneficio directo a la población”.
“Para la coordinación de las Delegaciones de Programas para el Desarrollo en la implementación de las funciones descritas en este artículo, el titular del Poder Ejecutivo federal contará con la Coordinación General de Programas para el Desarrollo, que quedarán adscritas jerárquicamente a la Presidencia de la República”.
“Las Delegaciones de Programas para el Desarrollo estarán adscritas, jerárquica y orgánicamente a la Secretaría de Bienestar y sus titulares serán designados por el titular de la secretaría, a propuesta de la Coordinación General de Programas para el Desarrollo”, dice el texto, que no hace referencia alguna ni a requisitos ni a temporalidad, a pesar de que la oposición lo solicitó.
Fuente: Excélsior