La delegación mexicana obtuvo una medalla de plata y dos de bronce, así como una mención honorífica en la vigésimo tercera edición de la Olimpiada Iberoamericana de Física, que se llevó a cabo del 22 al 27 de octubre en Puerto Rico.
El estudiante Diego de Jesus Ramírez Rodríguez, de Nuevo León, se ganó la medalla de plata; Ricardo Skewes Zorrilla, de la Ciudad de México y y Mateo Daniel Vélez Cobián, de Jalisco, recibieron las preseas de bronce; mientras que Uriel Rodolfo Velarde Martínez, de Baja California, obtuvo mención honorífica, tras los resultados en los exámenes teóricos y experimentales, de acuerdo con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Los mexicanos destacaron entre 64 participantes provenientes de 17 países. Según, Rodrigo Pelayo Ramos, profesor del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y asesor de la delegación mexicana, ha sido una de las mejores participaciones en toda la historia de la olimpiada.
“Es el resultado de trabajo de más de un año de preparación, en donde los estudiantes son sometidos a exámenes de más de cinco horas, lo que representa una gran presión”, destacó.
Ricardo Skewes Zorrilla, estudiante de PrepaTec, consideró que fue una experiencia muy gratificante. “Esta fue una muy buena experiencia para el futuro y esto me va a dar más y mejores herramientas para las próximas competencias”, explicó.
Diego Ramírez Rodríguez, estudiante de licenciatura de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), dijo que la competencia representó una gran oportunidad para conocer los intereses académicos de estudiantes de América y Europa.
Ahora, el joven participará en la Olimpiada Internacional de Astronomía que se realizará en Beijing, China, en noviembre.
Para Mateo Daniel Vélez, del Centro de Enseñanza Técnica e Industrial en Guadalajara, participar en la olimpiada fue una gran experiencia debido a que estuvieron bajo mucha presión en los exámenes.
En los meses previos, los estudiantes mexicanos se integraron a un programa de entrenamiento intensivo a distancia dirigido por el doctor Víctor Romero Rochín.
La preparación también incluyó un entrenamiento en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el que durante una semana llevaron a cabo una serie de experimentos.