En la búsqueda de una historia poderosa, Fernanda Valadez se enfrentó a situaciones impensables, hasta consolidar Sin señas particulares. La película aborda el problema de las desapariciones forzadas en México, un doloroso capítulo del país expuesto a través de la mirada de una madre. Los orígenes de esta cinta se remontan una década, cuando la cineasta filmó el documental 400 maletas, con los mismos protagonistas de Sin señas particulares, en su intento por explorar el tema de la violencia que se genera en torno a la migración.

“Tras ese cortometraje, seguimos investigando y, conforme pasaba el tiempo, también dudábamos en continuar con el proyecto de la película. Lo triste es la vigencia del tema. El guion se siguió inspirando en la realidad, porque, en estos 10 años, la violencia se profundizó”, destacó la directora, tras recordar los desgarradores testimonios que tanto ella como el equipo involucrado encontraron.

“Ésta fue la parte más dura. Ver casos de adversidad, dolor y sentimientos de frustración, pero también de mucha entereza”, confesó Valadez, quien escribió el guion junto con su colega y socia Astrid Rondero. Conseguir recursos para la filmación también fue un desafío, pero cuando, por fin, el financiamiento llegó, la directora se sumergió en una serie de vacilaciones sobre el camino que debía seguir la cinta. Su principal miedo radicaba en no ser capaz de dar voz al personaje de la madre de un desaparecido.

“En algún momento, pensé que debía olvidarme [de hacerlo]”, reveló. Pero, en el fondo, la realizadora sabía que debía mostrar el tema, por muy crudo que pareciera. Fue entonces cuando decidió establecer un vínculo más fuerte con los personajes, como si fueran sus propios familiares.

“Creo que, como sociedad civil, tenemos que asumir que nos corresponde a todos tomar los espacios públicos para reflexionar y pensar qué necesitamos hacer para generar cambios más profundos y frenar las desapariciones”, reflexionó Fernanda, confirmando que su película, inevitablemente, confronta al espectador.

En nuestra sociedad, comenta, a menudo se evita la confrontación bajo el argumento de que “la violencia genera violencia”. Lo cierto es que frases como ésta se han convertido en una obviedad o en tesis demagógicas. Por ello, insiste en que es una responsabilidad colectiva señalar las situaciones que llevan a jóvenes y a personas de todas las edades a perderse en una espiral de indiferencia.

Un aspecto que caracteriza la producción, reconocida como la Mejor Película Internacional en los Premios Gotham 2020, es su equipo creativo, formado, en su mayoría, por mujeres. Para la directora, la perspectiva femenina fue determinante en la intención y el viaje emocional de la protagonista.

“No sé si el éxito dependió de que fuéramos mujeres, pero [ser mujeres] nos permitió hacer la película que queríamos. La decisión de incorporar a mujeres en todas las áreas, incluidas las técnicas, dio como resultado un personal altamente capacitado, con muchísimo talento y con mucha generosidad”, concluyó Valadez.

Fuente: Forbes