No importa si es un hotel, un museo o un edificio, el arquitecto canadiense Frank Gehry siempre nos deja sin aliento cada vez que emprende un nuevo proyecto. Prueba de esto es la nueva flagship de Louis Vuitton en Seúl.
Ubicada en el distrito de Gangnam, la renovada “maison” de la firma francesa celebra su fuerte relación con la cultura coreana. El proyecto realizado en el terreno de una antigua boutique de la marca representa el primer trabajo de Gehry en Corea del Sur. Su diseño comparte muchas similitudes con la Fundación Louis Vuitton de París, también a cargo del artista; además del universo creativo de Peter Marino.
Con una estructura frontal revestida en vidrio, el edificio presume de un vestíbulo alto con amplias ventanas en zigzag que llevan a una serie de terrazas cerradas en el interior. Mientras que la fachada culmina con paneles de celosía en forma de olas muy al estilo del arquitecto.
El toque de color se presenta en un grupo de árboles gigantes de papel hechos en una sola hoja que se exhiben en las ventanas y que fueron diseñados en colaboración con Gehry.
Dentro del edificio, los cinco pisos de la tienda alojan los “universos minoristas” de Peter Marino, quien aprovechó el tamaño de la tienda para crear espacios contrastantes respetando el diseño escultórico y ondulante de Frank Gehry.
En cuanto a la elección de los espacios, se seleccionó al sótano para presentar las colecciones masculinas y el primer piso para las colecciones de mujeres. Alrededor del atrio principal se colocaron pequeños salones privados para crear experiencias de compra discretay personalizada, misma sensación que se impregna en el segundo y tercer piso, el cual al alberga una colección exclusiva de esculturas del artista suizo Alberto Giacometti. Sin olvidar una terraza cerrada especial para eventos exclusivos.
Para realizar la Louis Vuitton Maison Seoul, Gehry se inspiró en elementos de la arquitectura histórica coreana como la Fortaleza Hwaseongdel siglo XVIII. Mientras que los paneles de vidrio curvado y la celosías de metal fueron inspirados el los movimientos en pocada de la danza tradicional coreana dongnae hakchum.
En el interior, el arte se puede apreciar en cada rincón. Un ejemplo de esto son los artistas de Louis Vuitton que están disponibles en todo momento para crear ilustraciones personalizadas a mano sobre artículos de cuero. Y las obras, comisionadas por Peter Marino, de artistas Mark Hagan, Marcello Lo Guidice, Brandan Smith y Luigi Mainolfi, que se exhiben a lo largo de la tienda.
Más de cinco decenas de objetos y creaciones Louis Vuitton se encuentran en la tienda como parte de su instalación. Entre ellas, obras de diseñadores de talla mundial como André Fu y Marcel Wanders.
Fuente: www.admexico.mx