Proceso informa que ciudades asediadas o bombardeadas por fuerzas rusas. Combates callejeros. Civiles huyendo masivamente del país. Día tras día trágicas imágenes de guerra filmadas en Ucrania se suceden en las pantallas de televisión del planeta.
Pero rusos y ucranianos se enfrentan también en otra guerra, una guerra invisible, silenciosa e implacable que se da en el turbio espacio cibernético. Además de afectar a los beligerantes, esa ciberguerra amenaza con tener consecuencias sumamente graves a escala internacional.
“Tan riesgosa es la situación actual, que las más altas autoridades nacionales de defensa y de seguridad cibernética de numerosos países están en alerta máxima y piden a sus empresas, administraciones y sectores esenciales que refuercen al extremo sus medidas de vigilancia en previsión de ciberataques potencialmente violentos”, afirma Daniel Ventre, reconocido experto galo en políticas de ciberseguridad y ciberdefensa, temas a los que ha dedicado una decena de libros.
Doctor en ciencias políticas, Ventre que se desempeña como investigador del Centro de Investigaciones Sociológicas sobre Derecho e Instituciones Penales (CESDIP), se muestra preocupado por el caos que impera actualmente en el ciberespacio.
Según señala, el conflicto que opone a Rusia y Ucrania tiene una dimensión cibernética desde que se dieron los primeros enfrentamientos armados entre ambos países en la región de Donbás, a principios de abril de 2014. Pero poco antes de la invasión rusa, el pasado 24 de febrero, se notó una intensificación de estas ofensivas. Entre muchos ciberataques sobresalen los que afectaron 70 sitios web gubernamentales ucranianos el 14 de enero, seguidas por golpes informáticos asestados contra el ferrocarril de Bielorrusia, cuyo propósito era frenar el transporte de tropas de Rusia hacia Ucrania, y por ciberoperativos que paralizaron la bolsa de valores de Moscú a finales de febrero.
El 1 de febrero el presidente Volodímir Zelensky consolidó la estrategia de ciberseguridad de Ucrania y dos semanas después, el 18 de febrero, pidió a la Unión Europea que apoyara a los ciberoficiales de su país, apoyo que le fue otorgado tres días después. El día 18 Estados Unidos atribuyó al Departamento Central de Inteligencia de Rusia los masivos ataques de DDS (denegación de servicio) perpetrados contra las instituciones ucranianas.
“En realidad es sumamente complejo identificar a los autores de los ciberataques y hoy lo es más que nunca, porque intervienen un sinnúmero de actores gubernamentales y no gubernamentales en esa ciberguerra “, asegura el experto.
–¿Y quienes son todos estos actores?
–En primera instancia, militares ucranianos y rusos que movilizan sus fuerzas cibernéticas defensivas y ofensivas. Intervienen también empresas privadas de seguridad de ambos países que despliegan sus proprios recursos.
“Por si eso fuera poco hackivistas, partidarios de Ucrania o de Rusia se involucran cada vez más en las hostilidades. Se menciona a los Anonymous, pero hay muchos otros grupos de este tipo, sin hablar de organizaciones cibercriminales que de igual forma están tomando partido por Kiev o Moscú. En los últimos días la implicación de estos criminales es particularmente patente en el caso Ucrania.