Estados Unidos reabrió este lunes sus fronteras terrestres y aéreas a los visitantes extranjeros vacunados contra el Covid-19, poniendo fin a 20 meses de restricciones de viaje que separaron familias, perjudicaron el turismo y tensaron lazos diplomáticos con buena parte del mundo.
La prohibición, impuesta por el expresidente Donald Trump en marzo de 2020 y mantenida por su sucesor Joe Biden, ha sido ampliamente criticada y se convirtió en emblema de los trastornos causados por la pandemia.
Decenas de cruces en la frontera entre México y Estados Unidos reabrieron a viajes no esenciales el lunes después de un cierre de 20 meses para evitar la propagación del coronavirus, aunque la vida aún no ha vuelto a la normalidad a lo largo de la franja de casi 3,200 kilómetros.
Antes de la reapertura, cientos de automóviles formaron filas de kilómetros en la ciudad fronteriza mexicana Tijuana, mientras que las colas en los cruces peatonales crecían de manera constante.
En los aeropuertos de Europa, los pasajeros hacían cola con entusiasmo para subir a los aviones con destino a la costa este de Estados Unidos, mientras que en las fronteras con México y Canadá se veían antes del amanecer largas filas de coches.
Las restricciones no aplicaban para la mayoría de los países latinoamericanos, cuyos residentes viajaron en masa a Estados Unidos desde principios de año para inmunizarse apenas comenzaron a distribuirse las primeras vacunas. Ahora, de hecho, muchos podrían tener dificultades para ingresar.
No obstante las puertas sí estuvieron cerradas, y ahora se abren, para visitantes procedentes de gran parte del mundo, en un esfuerzo por frenar la propagación del Covid-19. El listado incluía a los 26 países europeos del Área Schengen, así como al Reino Unido, Irlanda, Brasil, China, Irán, Sudáfrica e India.
También se prohibió el ingreso por tierra o por ferry desde Canadá y México.
Fuente: El Economista