Investigadores de la Universidad George Washington (Estados Unidos) han evidenciado que una dosis baja de aspirina puede reducir la necesidad de ventilación mecánica, el ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y la mortalidad intrahospitalaria en pacientes hospitalizados por COVID-19.
“Al conocer la relación entre los coágulos sanguíneos y la COVID-19, supimos que la aspirina, utilizada para prevenir los accidentes cerebrovasculares y los infartos de miocardio, podría ser importante para los pacientes con COVID-19”, explica Jonathan Chow, autor principal de la investigación, que se ha publicado en la revista Anesthesia & Analgesia.
En el estudio se incluyeron más de 400 pacientes ingresados entre marzo y julio de 2020 en hospitales de todo Estados Unidos. Tras ajustar los datos demográficos y las comorbilidades, el uso de la aspirina se asoció a un menor riesgo de ventilación mecánica (reducción del 44 por ciento), de ingreso en la UCI (reducción del 43 por ciento) y de mortalidad intrahospitalaria (reducción del 47 por ciento). No hubo diferencias en cuanto a hemorragias mayores o trombosis manifiestas entre los usuarios y los no usuarios de aspirina.
Los resultados preliminares de este trabajo se publicaron por primera vez como preimpresión (sin revisión de otros científicos) en otoño de 2020. Desde entonces, otros estudios han confirmado el impacto que la aspirina puede tener tanto en la prevención de la infección como en la reducción del riesgo de COVID-19 grave y de muerte.
Chow espera que este estudio conduzca a más investigaciones sobre si existe una relación causal entre el uso de la aspirina y la reducción de las lesiones pulmonares en los pacientes con COVID-19. “La aspirina es de bajo costo, de fácil acceso y millones de personas ya la utilizan para tratar sus problemas de salud. Encontrar esta asociación es una gran victoria para quienes buscan reducir el riesgo de algunos de los efectos más devastadores de la COVID-19”, remacha.