El fiscal general del Distrito Este de Nueva York, Seth DuCharme, respondió al memorándum de sentencia enviado el 18 de septiembre por los abogados de Keith Raniere, el cual criticó por ser “incompatibles con las pruebas presentadas durante el juicio” y que, en su momento, “el jurado ya rechazó”.

Además se anuncia al juez Nicholas Garaufis, que el gobierno espera que la víctima mexicana “Camila” asista a la lectura sentencia de Raniere programada para el próximo 27 de octubre “y es posible que desee dirigirse a la Corte en ese momento”. 

DuCharme agrega que la misma “Camila” les envió una declaración de impacto de víctima que le fue anexada al juez en formato sellado, la cual “apoya el abuso sexual a Camila por parte de Raniere en los meses previos a la producción de imágenes de pornografía infantil”.

“Camila” es una de las tres hermanas mexicanas oriundas de San Luis Potosí que vivieron en Albany, Nueva York, entre el 2005 y el 2017 y que cada una en su momento se relacionaron con Keith Raniere el líder de la empresa NXIVM, e incluso con una de ellas tuvo al único hijo que ha reconocido públicamente.

Durante el juicio, su hermana Daniela, testigo de la fiscalía, contó que “Camila” seguía bajo las órdenes e influencia de Jack Levy, empresario constructor incondicional de Raniere que administraba los negocios de NXIVM en Guadalajara, Jalisco.

Incluso, recientemente la esposa de Levy, Bibiana Huber, fue de las 66 personas que enviaron al juez Garaufis cartas de apoyo a Clare Bronfman, sentenciada el 30 de septiembre, a casi 7 años de cárcel y tres de libertad incondicional.

El juez Garaufis dijo de Bronfman en su sentencia que “había usado su riqueza como medio de intimidación, amenaza y venganza contra personas inocentes que desafiaron sus dogmas; no soy ciego a tu manipulación”.

La abusiva relación a la que Raniere sometió a “Camila” quedó debidamente documentada en una serie de comunicaciones entre ambos, que anexó la fiscalía en su memorándum de sentencia donde piden se le de cadena perpetua al acusado de 60 años. 

Fuente: Milenio