Más de 2 millones de pesos que sacaron de las cuentas bancarias o permanecieron en poder de extesoreros a cargos de los recursos de La Escuela Es Nuestra (LEEN) de Puebla, Chiapas, Guerrero y Veracruz se negaron a devolverlos, para que cumplan su propósito de mejorar la infraestructura de los planteles.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) reveló en su revisión 2021-0-20100-19-0264-2022 que en 2021 les transfirieron a cinco comités de las entidades antes mencionadas 2.5 millones de pesos para las acciones de LEEN, pero no verificaron que a las personas que les enviaron el dinero dejaron de ser tesoreros.

Tras recibir el dinero los extesoreros de los comités de la LEEN se negaron a devolver poco más de 2 millones de pesos, luego de investigar que retiraron en efectivo poco más de un millón de pesos y la otra mitad permaneció guardado en las cuentas de las personas a las que entregaron el dinero.

DESAPARECEN DINERO E IMPONEN ARQUITECTA

Esta no fue la primera vez que detectaron irregularidades al programa, pues la revisión 2020-0-11100-19-0124-2021 detalló que para el programa de escuelas revisaron a 63 planteles beneficiados en los estados de México, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala, lo que arrojó irregularidades en el manejo de recursos públicos.

Destaca que una de las observaciones que detectó la ASF en Puebla fue la desaparición de al menos 82 mil pesos que tomó la tesorera de un plantel apoyado en la entidad por “atender necesidades personales” y no los devolvieron, ni reportaron, pero las reglas del programa no los obliga a reintegrarlos.

Otra irregularidad que se detectó en Puebla ocurrió en cuatro escuelas en la que los Facilitadores Autorizados (FA), en la que pueden participar Servidores de la Nación como los enlaces del programa con los beneficiados, documentaron que le impusieron a una arquitecta para que le entregaran todo el apoyo que recibieron.

Dicha arquitecta recibió 1 mil 700 millones de pesos, luego de que el FA amenazó a las escuelas “que por órdenes superiores los trabajos de obra los debían contratar con dicha arquitecta, y que en caso de no aceptarlo se les cancelarían los apoyos”, por lo que los forzaron a entregarle todo el dinero, para encargarse de las obras.

En medio del desarrollo de las obras que recibió la arquitecta se detectó que a los trabajadores que contrató para encargarse de los proyectos recibieron un pago inferior al que se reportó en las listas de raya que verificaron, aunque aseguraron que “firmaban para conservar el trabajo y no tener problemas con la arquitecta”.