De enero al 24 de septiembre de este año se dieron un total de 316 diagnósticos de cirrosis hepática alcohólica, casi el doble de los 160 que se dieron en ese mismo tiempo, pero del año pasado, colocándose como la tercera entidad con más casos.

De acuerdo con el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud Federal, la entidad poblana se colocó como la tercera con más diagnósticos solo por debajo de Chihuahua con 378 casos y Veracruz con 354 reportes, por debajo de Puebla se ubicaron Jalisco con 276 y Oaxaca con 271.

En caso contrario, las entidades con menos casos fueron Tlaxcala con 33 reportes, Baja California Sur junto con Querétaro con 25 cada uno, Tabasco con 22 incidentes, Campeche con 12 diagnósticos y Nayarit con tres.

La cirrosis es una etapa tardía de la cicatrización (fibrosis) del hígado producto de muchas formas de enfermedades hepáticas, como la hepatitis y el alcoholismo crónico. Por lo general, el daño al hígado causado por la cirrosis no puede revertirse. Pero si la cirrosis hepática se diagnostica de manera temprana y se trata la causa, se puede limitar el avance del daño y, raramente, revertirse.