En Puebla, cada paciente de COVID-19 representa un desembolso de 729 a más 64 mil pesos diarios, informó el secretario de Salud, José Antonio Martínez García.
Al comparecer ante el Pleno del Congreso del Estado, por la glosa del III Informe del gobernador Miguel Barbosa, el funcionario informó que se llevan 123 mil casos positivos, de ellos se recuperaron 107 mil personas y han fallecido 16 mil 399
Precisó que quien acude a consulta con síntomas leves se le da un medicamento, el cual vale 729 pesos, “sin incluir costos indirectos, como luz”.
En el siguiente caso, el paciente ingresa al hospital como grave pero no requiere de ventilación asistida, por día cuesta 41 mil 412 pesos y 12 centavos.
Por último, el paciente en terapia intensiva intubado cuesta 64 mil 441 pesos con 32 centavos diarios, sin contar luz, comida y sanitización, lo que elevaría el costo en 10 mil pesos más.
“Dirán, ¿cómo es posible? Cuando nos quedamos de guardia seis a ocho horas o en la noche, que dura 12 horas la guardia, no puedo ir con los mismos guantes de atender a un paciente negativo a ver a sospechosos y después a confirmados. Y llega un momento en que un trabajador de la salud puede gastar hasta 50 pares de guantes”, explicó.
En cuanto a la vacunación, Martínez García reportó la aplicación de 7 millones 566 mil 713 dosis, entre primeras, segundas y dosis de refuerzos.
Detalló que han aplicado 119 mil dosis a personal de la salud, 124 mil a personal del sector educativo y 46 mil a mujeres embarazadas.
Respecto al desabasto de medicamentos, destacó el compromiso de la administración de Barbosa Huerta para asumir los costos por la pandemia ante las demoras del Insabi, así como el reto de la escasez y encarecimiento de medicamentos.
Precisó que durante la pandemia hubo baja producción de los laboratorios y acaparamiento de algunos fármacos, que pasaron de costar 136 a 5 mil 600 pesos, en específico durante la segunda ola de contagios.
Otro reto fue el déficit de personal médico. Sólo en Puebla 60% se tuvo que resguardar por ser población de riesgo, por ello se contrató a mil 200 médicos, enfermeras, casilleros y otros, además de 543 enfermeras y 421 médicos por el Insabi.
Fuente: Crónica
