Suenan las botas que recorren el lodo del norte y el sur de Puebla, sus aromas de la humedad se vuelven frutales, silvestres, y entre la maleza brotan hojas con formas de estrellas, se trata de la marihuana poblana, esa que movilizó a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en 2020 que destruyeron más de 4.6 hectáreas.

Esas tierras ilegales, destruidas y pisadas por la furia del Ejército, podrían cambiar con la despenalización de la marihuana que consiguió su avance el pasado 10 de marzo que en la Cámara de Diputados aprobaron en lo general el dictamen que expide la Ley Federal para la Regulación del Cannabis.

Cambiar la prohibición de la marihuana e incluirla en un marco regulatorio permitirá que en México se expidan licencias, para cultivar, adquirir y comercializar la planta; una de las propuestas será la creación asociaciones de cannabis que podrán cultivar hasta 50 plantas y usarlas para su consumo.

A la espera de que se logre la despenalización de la marihuana en el país, Puebla se convirtió en un paraíso de la planta, en especial en su zona sur, donde el Ejército realizó operativos que derivaron en el aseguramiento de 37 plantíos que se repartieron en más de 4.6 hectáreas de cannabis en 2020.

¿Dónde crece la marihuana poblana?

Era el inicio del otoño, buena época para ver los frutos de la siembra en 2.5 hectáreas de cultivo que cambiaron la calma del viento por la fuerza armada de los militares; durante septiembre y octubre del 2020 los soldados localizaron 20 plantíos en Ixcamilpa de Guerrero, ubicado en la región suroeste de la entidad.

Otra de las tierras más buscadas por la delincuencia organizada fue Jolalpan, ese municipio del suroeste de Puebla, en el que asesinaron el pasado 10 de marzo a dos policías estatales en un ataque armado. La violencia fue todo, también la Sedena encontró 10 plantíos en 1.3 hectáreas, durante agosto y octubre del 2020.

También la marihuana poblana echó raíces en 7 mil 830 metros cuadrados de las tierras de Quimixtlán y Zapotitlán, ubicados tanto en el norte como en el sur de Puebla, respectivamente; además, Esperanza fue otro municipio con sembradíos, otra de sus características fue que también enfrentaron el robo de hidrocarburo.