ESPN informa que al Leganés que ascendió a Primera División en junio de 2016 la pérdida de la categoría se ha convertido en algo más que una amenaza al cabo de cuatro años.

El parón de LaLiga por el coronavirus no le supuso ningún alivio al equipo pepinero, derrotado el viernes por el Valladolid en Butarque y que acude a Barcelona con el agua al cuello, nunca mejor dicho, enfocando su visita al líder como una misión imposible dentro del reto improbable de la salvación, casi con los ojos puestos en el partido del próximo viernes frente al Mallorca, ya una final mayúscula.

El ánimo que intenta mantener de puertas afuera Javier Aguirre no oculta la desesperanza en el interior del Leganés, que habiendo ganado solo uno de sus seis últimos partidos debe empezar a mirar tanto sus resultados como los de sus rivales por la salvación, atendiendo tanto al despertar del Espanyol como al papel de Celta y Eibar, amén del Mallorca, cuyo resultado, como el de los periquitos, ya conocerá este martes cuando salte al césped el Camp Nou.

Allí se encontrará con Martin Braithwaite, futbolista trascendental en sus planes hasta que el Barcelona se lo arrebató en pleno mes de febrero, en un golpe bajo del que aún no se ha recuperado Aguirre. No será el único contratiempo…

Javier Aguirre tomó a Leganés en el último lugar, lo hizo competitivo, pero enfrenta la recta final de la temporada obligado a sumar para seguir en La Liga. GettyImages

Sin Óscar Rodríguez ni Siovas, sancionados, no sería una sorpresa que el entrenador mexicano concediera descanso a algún otro de sus jugadores vitales, tal como podría ocurrir con Awaziem o Kevin Rodrigues, consciente de que será, en buena lógica, en los siguientes partidos cuando su equipo se jugará a cara o cruz la salvación.

Aguirre no desconoce la situación que vive con el Leganés. En su día fue capaz de evitar el descenso de Zaragoza y Espanyol en parecidas circunstancias y ahora, con diez partidos por delante sabe que los duelos próximos ante Mallorca, Granada, Osasuna, Espanyol y Eibar tendrán una trascendencia mucho mayor a la que se adivina el de este martes frente al Barcelona.

La cuarta temporada en Primera División, todas consecutivas, es, sin duda, la más difícil en la historia del club en la máxima categoría. Y los doce puntos que sumó en las diez últimas jornadas del pasado curso, en una situación mucho más holgada, se sospechan ahora insuficientes para escapar de un descenso al que el Vasco Aguirre no quiere, todavía, ni referirse.