ESPN informa que en un mundo perfecto, Joe Montana terminó su carrera con los San Francisco 49ers.
El mundo imperfecto al que pertenece la NFL vio a Joe Montana obligado a dejar a los 49ers y terminar su carrera con los Kansas City Chiefs.
A 25 años del retiro del considerado por muchos como el mejor quarterback en la historia de la NFL, el romanticismo que nos hace desear que un deportista inicie y termine su carrera en el mismo lugar empaña la etapa final de la carrera de Montana por no culminarla con el equipo al que llevó a ganar cuatro anillos de Super Bowl.
Montana tuvo que dejar San Francisco y los Chiefs decidieron aprovechar el deseo del quarterback por demostrar a la NFL, y a los 49ers, que aún tenía varios trucos bajo la manga.
Un cuarto de siglo parece ser tiempo suficiente para olvidar que, de alguna forma, los Chiefs le ofrecieron a Montana el final digno hacia el retiro que los 49ers no pudieron o no quisieron darle cuando eligieron a Steve Young como su quarterback franquicia de cara a la temporada 1993.
En 1993, los 49ers decidieron darle a Steve Young (izq.) el puesto como titular, lo que marcó el abrupto final de Joe Montana con San Francisco.
Desterrado de San Francisco, al llegar a Kansas City, Montana se encontró con un equipo que tenía como base una sólida defensiva encabezada por el linebacker/ala defensivo Derrick Thomas y el tackle defensivo Neil Smith y a la que sólo le hacía falta una ofensiva decente para trascender.
Los Chiefs hicieron lo posible por darle a Montana todo lo que necesitara. Contrataron como coordinador ofensivo a Paul Hackett, quien fue su coach de quarterbacks en San Francisco, para ajustar su plan de juego y también firmaron al corredor Marcus Allen, quien salió de los entonces Los Angeles Raiders también por la puerta de atrás.
Montana tenía las piezas con las que llevaría lejos a unos Chiefs a los que motivó sólo con su presencia.
En la temporada 1993, Joe Montana llevó a los Chiefs a la Final de la AFC, la cual tuvo que dejar tras sufrir una conmoción. Jeff Hayne/AFP vía Getty Images
En su primer año, los Chiefs ganaron su primer título divisional en 22 años pese a que Montana perdió cinco juegos por lesión. En Playoffs, el quarterback comandó dos regresos, ante los Pittsburgh Steelers y Houston Oilers (¿les suena familiar?), para llevar a Kansas City hasta la Final de la AFC.
En 1994, los Chiefs volvieron a Playoffs, pero cayeron en la primera ronda y la carrera de Montana llegó a su fin.
Si bien es cierto que la primera imagen que viene a la mente es la de Joe Montana en el uniforme de los 49ers cuando se menciona su nombre, el rojo de los Chiefs no desentonó con su figura.
Montana cerró su carrera de 15 años en la NFL con dos buenas temporadas en Kansas City y así cambió la percepción negativa creada por quarterbacks leyenda como Johnny Unitas y Joe Namath, quienes extendieron sus carreras sólo para darles un final indigno.
Unitas se perdió en los entonces San Diego Chargers y Namath terminó en la banca con Los Angeles Rams.
Montana no llegó a Kansas City a alargar innecesariamente su carrera, llegó a competir y su desempeño hizo notar al resto de la NFL que un quarterback veterano con estatus de leyenda puede ser útil si se le arropa adecuadamente. Brett Favre y Peyton Manning son los ejemplos más recientes.