ESPN informa que España cierra la temporada con un pie en la Eurocopa. La Roja venció a Suecia por 3-0 en el encuentro disputado este lunes en el Santiago Bernabéu para afianzarse en la cima del Grupo F de la eliminatoria rumbo a la Eurocopa 2020 con cinco puntos de ventaja.
Dos penales absurdos, casi infantiles, en la segunda parte del encuentro encarrilaron el partido para la Roja, que a falta de recursos para hacer frente a un equipo que solo hace gala de una sólida defensa, tomó lo que le dieron y le sacó el máximo provecho.
El primero llegó pasados 63 minutos. Una mano en el área de Sebastian Larsson dejó la victoria en bandeja de plata para la Roja. La buena estrella del capitán hizo todo lo demás.
No fue un Panenka esta vez. Ramos se tomó su tiempo, incluso titubeó al ver que Robin Olsen no se movía ni un paso, pero el desenlace fue el habitual. El balón acabó en el fondo de la red tras una limpia ejecución del cobro desde los once pasos del capitán.
Ramos se benefició de un esfuerzo tan grande como estéril de Fabián Ruiz e Isco Alarcón, que habían intentado derribar el muro sueco sin poder siquiera regatear con éxito a la zaga.
Asensio, la otra pieza creativa, fue su propio reflejo. Tuvo un partido discreto con una que otra llegada a medias pues no lograba colarse en el área de Olsen, como tampoco ocurría con Fabián o Isco, aunque ellos al menos hacían un esfuerzo por conducir.
El mediocampista del Nápoles trabajó a destajo; intentó sorprender con un par de disparos desde fuera del área, cuando no se preocupaba por asociarse con Rodrigo, el único delantero puro en la cancha y que de no ser por el debutante de 23 años, se habría visto completamente aislado.
Rodrigo necesitaba un acompañamiento en ataque que Isco y Asencio no eran capaces de darle. Ninguno de los dos es especialista de área y ninguno había llegado sobrado de confianza después de una tortuosa temporada en el Real Madrid.
A Isco se le notan las ganas de triunfar de rojo; corre y pelea cada balón. Pero no le alcanza. Termina por quedarse a un pasito de finalizar una gran jugada personal antes de perder el balón; o por disparar un centímetro demasiado abierto. Y con cada fallo va perdiendo algo de confianza hasta diluirse.
Rodrigo dejó su lugar para Oyarzabal con poco más de 15 por jugarse. Poco antes, Asensio había puesto fin a su gris partido dejando su lugar a Morata.
Sus reemplazos acabaron decidiendo el partido - y con las dos mejores jugadas de España.
España no había llegado a velocidad y con balón controlado hasta que entró Morata. Al tercer intento cayó derribado dentro del parea. Ramos, cobrador oficial, le cedió el tiro al atacante que se había trabajado a conciencia la jugada.
Suecia, que no se había acercado a Kepa siquiera, quedó hundido, perdió el orden y con ello la fortaleza defensiva. Solo fue cuestión de tiempo para que Oyarzabal, en la única jugada colectiva exitosa de los ibéricos, pusiera el 3-0 en los últimos minutos para que España celebrara su autoridad por todo lo alto.