Vangurdia dio a conocer que el abismo amenaza a la Vecchia Signora en la Champions. En juego están nada más y nada menos que unos cuartos de final, pero el Juventus Stadium reclama vivir una noche trascendental. No implora misericordia el equipo italiano, clama venganza. La remontada es el único destino posible frente al Atlético de Madrid.
Sin embargo, la realidad es implacable y los campeones italianos están al borde la eliminación tras el 2-0 de la ida. En octavos, mucho antes de lo esperado. Sobre todo tras reclutar a Cristiano Ronaldo, su último verdugo, como flamante estrella.
Los italianos rozaron la clasificación frente al Real Madrid en la pasada edición pero fueron eliminados con polémica
Caer en octavos significaría un enorme fracaso para la entidad, pero también para el jugador portugués, que tras su salida del Madrid tiene la intención de demostrar que puede dominar Europa desde cualquier esquina del continente. Tras el adiós del Real Madrid, si el de Madeira sobrevive a este envite tendrá la ocasión de presumir de su dominio en esta competición.
Las dos finales de Champions disputadas en los últimos cuatro años han devuelto al Juventus su áurea de grande continental tras años de penitencia. Las derrotas frente al Barcelona (2015) y el Real Madrid (2017) fueron un síntoma inequívoco de que restaba un paso más por dar. Un escalón que la llegada de Ronaldo debía paliar. En el primer año del portugués el objetivo sigue siendo completar la metamorfosis y convertirse en favorito. Aunque todo pasa por obrar el milagro esta noche.
El Atlético, con un resultado holgado en la ida (2-0), quiere mantener vivo el sueño de disputar la final en el Metropolitano
En su impecable trayectoria europea se ha cruzado otro gato salvaje curtido en competir en situaciones límite, el Atlético de Madrid. Relanzados emocionalmente por la celebración de la final en el Wanda Metropolitano, los de Simeone sometieron en la ida a los de Allegri para sorpresa de todo el continente. El equipo más italiano de la Liga viaja ahora a Turín para enfrentarse a un auténtico infierno. Algo muy especial para el equipo italiano, acostumbrado a hacer del sufrimiento un modo de motivación.
“El Juventus nunca muere”, asegura Marcello Lippi, técnico que levantó la última Champions de los italianos hace más de 20 años. “No tiene siete vidas, sino setenta. Es de alguna manera inmortal, especialmente cuando le hieren”, ha amenazado en los últimos días.
Y en medio de tanto mensaje místico destaca el de Cristiano Ronaldo, destinado a ser el gran triunfador o la gran decepción dependiendo del signo del duelo: “Tengo confianza en hacer un gran partido. Podemos de verdad vivir una noche especial, tanto en el césped como en las gradas”, asegura el portugués, que alimenta la esperanza de un equipo modelado para asaltar la Champions esta temporada.
La fe de los aficionados juventinos reside en la eliminatoria de la temporada pasada frente al Real Madrid. Los italianos rozaron el milagro en el Bernabeu tras perder 0-3 en la ida en Turín. Sólo un penalti polémico a última hora les impidió estar en las semifinales tras ir ganando 0-3 en Chamartín. Esa habría sido su segunda hazaña de forma consecutiva, después de remontar en Londres (1-2) al Tottenham en octavos de final cuando la eliminación parecía lógica.
“El Juventus necesita un poco de suerte, pero que nadie se olvide de lo que estaba logrando el año pasado en el Bernabeu. Esto lo sabe también el Atlético”, asevera Lippi, un gurú en Turín. La excitación será máxima para amedrentar a los colchoneros, que tienen en sus manos, y sobre todo en sus botas, neutralizar una venganza soñada.