ESPN informa que el Barcelona volvió a morder el polvo en Alemania. Sometió a un dominio impensable al Bayern en la primera parte y se hundió lastimosamente en tres minutos de pesadilla tras el descanso que le arrastraron a encadenar su quinta derrota consecutiva frente al equipo germano y sumar su séptima visita sin ganar en Munich.
Venció el Bayern (2-0) gracias a un error de Ter Stegen, clavado a la salida de un corner, y a una pérdida de presión, intensidad en el repliegue, casi inmediata, cuando el aquel Bayern desarmado y casi entregado a la excelencia barcelonista se había convertido en un caballo desbocado. Lucas Hernández y Sané le condenaron a una derrota que no debe pesar en el ánimo del equipo azulgrana... Pero que, sin duda, demostró que competir a un rival como el campeón alemán no permite ni un despiste.
La primera mitad, salvo cinco minutos iniciales en los que sendas pérdidas de balón de Dembélé y Busquets (la del capitán peligrosísima al borde del área) dieron a pensar en una noche de sufrimiento, fue una auténtica lección futbolística del Barça. Sobrio en defensa, con un estreno magnífico de Marcos Alonso en la banda izquierda, y superior en un centro del campo en el que a la recuperación de Busi acompañaron con una exhibición Pedri y Gavi, solo los errores en ataque evitaron ir al descanso con ventaja en el marcador. Eso.. Y un posible penalti no señalado a Dembélé cerca del intermedio.
Lo evitó Neuer a los nueve minutos con un pie milagroso al remate raso de Pedri y lo volvió a hacer a los veinte, atajando un cabezazo a quemarropa de Lewandowski, que poco antes había errado un remate franco enviándolo arriba. El polaco volvió entre aplausos, para nada una ovación cerrada, a Múnich y fue en la primera mitad un incordio para la zaga del Bayern, acompañándole de forma intermitente Dembélé y bastante menos Raphinha, quien apenas apareció en un remate raso y ajustado pero no entró en juego lo que debería de él esperarse.
Pero el global del Barça fue más, mucho más, que el Bayern, sorprendido por el dominio del escenario que mostró un equipo que hace nueve meses fue goleado sin despeinarse por los futbolistas de Nagelsmann y que esta vez no solo le plantó cara... Sino que, más aún, se marchó al vestuario en el descanso con cierta sensación de frustración atendiendo a lo visto en los primeros 45 minutos.
Si pretendió el Bayern salir en el segundo tiempo con el ánimo de someter al equipo de Xavi, encontró una respuesta sólida, con el Barça más entonado... Hasta que la fatalidad le condenó a los cinco minutos. Tan inesperado como injusto. Y dando paso a un hundimiento impensable.
Ter Stegen respondió bien a un remate lejano de Goretzka... pero a la salida del corner se quedó clavado bajo los palos facilitando el remate imperial a la red de Lucas Hernández, que sorprendió a una defensa demasiado estática y al portero germano.
Se cumplían cinco minutos de la segunda mitad y apenas tres después un pasillo tan impensable como horroroso en el centro de la zaga lo aprovechó con velocidad de vértigo Sané para plantarse ante Ter Stegen y batirle con una comodidad pasmosa. Del todo a la nada en un abrir y cerrar de ojos, el poderoso Barça de la primera parte había mutado en un equipo pequeño y casi entregado a la fortaleza e insistencia de un Bayern crecido, superior y machacón.
Reaccionó Xavi con el doble cambio de Ferran Torres y De Jong por el fallón Raphinha y un cansado Gavi, pero la verticalidad y renacer del conjunto alemán le siguió agobiando... Hasta que pasada la hora de partido un balón enviado al palo por Pedri le volvió a despertar. ¿Demasiado tarde?
Sí fue demasiado tarde por cuanto aunque el Barça recuperó algo el tono, se sacó de encima los agobios y volvió a tener el balón, su poder de intimidación prácticamente desapareció. Cansado Lewandowski e intrascendente Ferran, el físico le bastó al Bayern para aguantar. Y ganar.
El Barça jugó como nunca en Munich... Y perdió como casi siempre.