EFE dio a conocer que el argentino Paulo Dybala vivió su primera gran noche con la camiseta del Roma ante el Monza, recién ascendido, al que endosó un doblete que dejó el choque visto para sentencia y que aseguró el cuarto partido invicto de los 'giallorossi', mientras que el club que regenta el italiano Silvio Berlusconi no ha sumado tras cuatro jornadas en la que es su primera temporada en Serie A.
El empate de la pasada jornada ante el Juventus sembró las dudas sobre el proyecto de Mourinho, que tras una primera parte decepcionante se rehízo para sacar un punto de Turín. Ante el Monza y en el Stadio Olímpico, los 'giollorossi' tenían la obligación de ganar.
Apareció entonces Dybala para abrir el marcador con un golazo. El argentino aprovechó una peinada de su compañero Abraham para cabalgar desde casi el centro del campo por delante de los defensores visitantes y, una vez dentro del área, finalizar con un potente zurdazo cruzado inapelable para el meta rival.
Respiró el Olímpico, viendo el primer gol de su nueva estrella con la camiseta de la 'Loba' y a su equipo muy superior al Monza. Sonreía también Mourinho desde el banquillo, con un gesto radicalmente diferente al que lució en Turín, viendo cómo esta vez sí, sus engranajes y su plan funcionaban.
Esta vez no pecó el Roma de desperdiciar ocasiones. Había tenido una y había acabado en gol. La segunda, lo mismo. El autor, el mismo. Dybala firmó su primer doblete en menos de 15 minutos, tras una contra que condujo Abraham pero en la que el británico no pudo superar al meta. La 'Joya' convirtió en el rechace, adelantándose al defensa por milímetros al tirarse al suelo.
Y a punto estuvo de poner el tercero nada más comenzar el segundo tiempo. La fórmula estaba clara. Matic, muy presente, buscaba con balones largos la espalda de una endeble defensa del Monza, que n pudo frenar las tentativas romanas, para que bien Abraham o Pellegrini atacaran el espacio, mientras que Dybala acompañaba. Esta vez Pellegrini cedió al argentino, que se topó con el meta rival.
Sin embargo, el dominio era tal que el tercero no se hizo esperar. Fue del brasileño Roger Ibáñez, que se impuso a su par en un saque de esquina para, con un testarazo, poner el 3-0 en el luminoso y sentenciar el choque.
El Olímpico de Roma, lleno hasta la bandera, ilusionado con este proyecto después de levantar la Liga Conferencia, explotó tras el tercer tanto de su equipo, al que no cesó de animar durante los 90 minutos. En especial al protagonista del partido, al que despidieron con una sonora ovación cuando Mourinho decidió darle descanso con el partido sentenciado, en la que fue su primera gran noche en Roma.
Pudo recortar distancias el Monza en la segunda mitad, mucho más metido en el partido que un Roma que levantó el pie del acelerador una vez asegurados los tres puntos, pero Machin estrelló su golpeo en el larguero.
Puerta a cero y doblete de la nueva estrella. Roma sonríe de nuevo tras el empate ante el Juventus. El Monza continúa sumido en su crisis de juego y se mantiene último con cero puntos en cuatro jornadas.