ESPN informa que Pumas vuelve a disputar una Final internacional 17 años después, con un amargo recuerdo y una fuerte presión por defender el amplio dominio de los clubes mexicanos en la Liga Campeones de Concacaf, que han ganado los 16 últimos torneos, ya que precisamente en 2005 fue la ocasión más reciente que no se llevaron el título, cuando los de la UNAM cayeron sorpresivamente ante el Saprissa de Costa Rica.
El torneo tiene un dominio abrumador por parte de los clubes mexicanos. Sin embargo, los Pumas no han sido protagonistas desde aquella Final que perdieron cuando aún los dirigía Hugo Sánchez tras convertirlos en el primer equipo Bicampeón en los torneos cortos del futbol mexicano.
Pumas tiene sus mejores recuerdos en Concacaf en la década de los 80, cuando ganó tres veces el título (1980, 1982 y 1989), pero desde entonces desapareció del mapa internacional, ya que solamente volvió a una Final en aquel triste episodio de 2005.
Y es claro que Pumas no salta como favorito ante Seattle Sounders. Su plantel es limitado y gran mérito de que esté de nuevo en una Final es del entrenador Andrés Lillini. Su capacidad para explotar a jugadores sin mucho renombre le ha permitido formar un grupo ambicioso, que compensa sus limitaciones técnicas con un espíritu de lucha inquebrantable.
En su torneo debut, Lillini llevó a los Pumas a la Final del Guard1anes 2020, en la que cayeron ante la mayor experiencia y colmillo del León. Un año después, en el Apertura 2021, los universitarios estuvieron a punto de dar la sorpresa, pero cayeron en una polémica semifinal frente al Atlas.
El surgimiento de jugadores de cantera, con 14 debuts en dos años, combinado con la consolidación de jugadores de gran talento y un sólido grupo de extranjeros permiten a Pumas soñar con su primer Mundial de Clubes.
Pero enfrente está un equipo de mucho peligro como Seattle Sounders, con elementos de gran experiencia, como Raúl Ruidíaz o su capitán Nicolás Lodeiro.
Es así que la presión puede pesar sobre Pumas, por esa ‘obligación’ de mantener la hegemonía de los clubes de México en Concacaf y buscar una proyección internacional del gran trabajo de Andrés Lillini.