Viajar solo es una de esas experiencias que todos deberíamos probar. La aventura de llegar a un nuevo destino sin un acompañante en quien apoyarnos tiene un balance justo de nervios y relajación, y el resultado suele ser un mayor conocimiento de nosotros mismos.
Aunque a momentos un viaje así pueda parecer retador, todo aquel que se atreva a hacerlo descubrirá el sentimiento liberador de tomar todas las decisiones, pensando únicamente en la satisfacción personal: desde el lugar, hasta las fechas, las actividades y los desvíos.
Cómo sacarle provecho a tu viaje en solitario
Si estás a punto de viajar solo, estos son las 10 actividades que debes hacer para disfrutar de la aventura al máximo. Si aún no te decides a hacerlo, sigue leyendo. Quizá termines comprando un vuelo.
Olvida el teléfono
No te apoyes en tu teléfono para entretenerte o guiarte por las calles. Si lo haces, viajar solo perderá todo el sentido. Atrévete a caminar por la ciudad sin rumbo, pedir indicaciones y desconectarte; a mirar siempre al frente para descubrir curiosidades o nuevos espacios que quizá no tenías contemplados en tu recorrido original.
Conoce a los locales
Al viajar solo, especialmente en el primer intento, es bueno conocer a otras personas para sentirte acompañado. Hoy en día hay todo tipo de aplicaciones para encontrarte con otros viajeros, pero también puedes acercarte a un bar o incluso a la recepción del hotel y pedir recomendaciones a las personas que viven ahí –no solo obtendrás una necesaria interacción social, sino que además podrás descubrir el lugar desde una perspectiva local.
Descubre el arte de la observación
Ir a comer solo puede resultar una experiencia intimidante, especialmente durante esos primeros minutos antes de que llegue tu platillo a la mesa. Para evitar este sentimiento, no pienses en cómo te ven los demás y más bien míralos tú a ellos. Haz un estudio visual de la ropa, los saludos y los comportamientos. Al final, analizar la interacción de su sociedad es también una forma de conocer el destino que visitas a profundidad.
Mantente atento siempre
No importa qué tan seguro sea el destino que visitas, deberás cuidarte a ti mismo. Mantente alerta siempre, no te confíes y presta mucha atención a lo que compartes con los extraños que te encuentres durante el viaje. Recuerda que al viajar solo tu seguridad depende de ti y de nadie más.
Sé egoísta
Este es el momento para hacer lo que quieras, como quieras y cuando quieras. Sé responsable, pero atrévete a explorar los pensamientos y antojos que surjan durante el viaje y que puedan ayudarte a enriquecer aún más la experiencia. Recuerda que este es un viaje por y para ti, así que vívelo así.
Acepta los momentos de introspección
Cuando planees las actividades en tu viaje, deja una serie de momentos libres para recorrer el destino con libertad. En alguno de estos, seguramente, te descubrirás pensando en un tema complicado o meditando sobre alguna decisión que debes tomar. Acepta estos momentos y dedícales el tiempo necesario para regresar a casa con mayor claridad.
Lleva un buen libro y crea una playlist especial
Acompaña los trayectos largos, las caminatas o los ratos de descanso con un libro que te enganche y no te permita dejar de leer fácilmente o con una playlist hecha especialmente para el viaje (piensa en artistas del lugar que visitas o el ritmo que quieres llevar).
Aprende
Viajar solo es, también, viajar sin distracciones. Aprovecha este tiempo para visitar los museos y sitios emblemáticos y prestar atención de verdad. Puedes tomar un tour o simplemente caminar alrededor leyendo las placas de cada exhibición. También puedes apuntarte a una clase de cocina, baile o alguna actividad local, que puede ser desde surf hasta creación de vino.
Confía en tu instinto
Sé racional siempre, pero haz caso a ese sentimiento en el estómago al conocer personas o visitar nuevos lugares. Esto aplica tanto para mantenerte seguro como para disfrutar el viaje a tu antojo: no te dejes llevar solo por recomendaciones de amigos o de páginas de internet –si un lugar no te convence, no entres. Y, al contrario, si algo llama tu atención, cambia el itinerario.
Lleva un diario de viajes
Uno de los mayores retos al viajar solo es no poder comentar todos esos pensamientos que cruzan por tu mente con nadie. Para evitar sacar el celular, escríbelos en una libreta, así como todas tus impresiones de los lugares que visites. Esto no solo te dará cierta compañía, sino que después, al volver, te ayudará a recordar todo lo vivido.