El Confidencial informa que el sexo es complejo, nos brinda multitud de sensaciones, proporciona placer y, por supuesto, afianza los lazos, aunque a veces es tan fuerte su poder que también puede destruirlos. Muchas parejas tienen problemas relacionados con el sexo, y en muchas de ellas el verdadero conflicto se encuentra en la comunicación: quizá por un tabú cultural nos cuesta mucho comunicar nuestros deseos y miedos en todo lo relacionado con nuestra sexualidad.
Si te encuentras actualmente estancado en tu relación o tienes algún problema relacionado con la sexualidad, no te preocupes, porque es de lo más normal. Muchas personas acuden a terapia de pareja justamente por ello, y los conflictos pueden ir desde que no encontráis tiempo para hacerlo porque habéis caído en la vorágine de la rutina, a que uno de los dos tiene más libido y no se siente deseado. Sea como fuere, si estás intentando establecer una conversación sobre sexo con tu pareja, hay cuatro reglas que debes seguir siempre para que todo sea fructífero.
No sorprendas a tu pareja
Se trata de un tema sensible, por lo tanto la cama no es un lugar para hablarlo. Según indica la psicóloga Laurie Watson en 'Psychology Today', lo mejor es que invites a tu pareja a un café o a tomar algo y sobre todo no la sorprendas de sopetón con el tema. Explícale antes de qué quieres hablar. Por ejemplo: “me encantaría hablar de la manera en la que podemos aumentar nuestra frecuencia sexual cómodamente para ambos. ¿Podemos ir por un café el próximo sábado en la mañana y hablar al respecto?” es una buena forma de allanar el terreno.
Elige un tema de conversación
Irse por las ramas nunca es buena idea, y sacar la agenda tampoco. Piensa realmente sobre lo que quieres hablar. Aunque puede parecer una buena idea poner todos los asuntos que te preocupan sobre la mesa, las discusiones sobre sexo deben ser cortas, enfocadas y limitadas. Es mejor resolver sentimientos complejos sobre asuntos de la relación de poco en poco.
Aunque puede parecer una buena idea poner todas las cartas sobre la mesa, las discusiones sobre sexo deben ser cortas, enfocadas y limitadas
Por ejemplo, una mujer desea que su marido se acerque a ella, y además se encuentra preocupada porque la situación se ha agravado con la disfunción eréctil del mismo. En lugar de intentar tratar todos los temas juntos, lo mejor es que se tengan conversaciones por separado: una en la que discutan la atracción que él siente por ella, y en otra que hablen sobre la disfunción eréctil para poder atajar el problema.
Ten tacto
Las sugerencias deben ser eso, en lugar de quejas. Es un tema complejo que puede hacer mucho daño. Según la psicóloga: "Primero, tranquiliza a tu pareja comentando sobre los aspectos positivos de su vida sexual: 'me encanta cuando nos reímos juntos en la cama'. Luego sugiere lo que quieres: 'en otras ocasiones me gustaría que hubiera más intensidad'. Sigue la sugerencia con un ejemplo: 'creo que sería sexy si intentaras una línea sugerente.' Luego abre la discusión para escuchar su punto de vista: '¿a ti qué te gusta y qué te gustaría que fuera distinto?' No digas: 'eres tan bromista que simplemente no puedo excitarme'".
No olvides los fundamentos
Algunas preguntas son buenas para entender mejor a tu compañero de cama, así como sus necesidades:
¿Cuál es la hora del día en la que te sientes más sexual?
Para ti, ¿la seducción debe hacerse por parte de los hombres y no de las mujeres?
¿Te gusta que el acercamiento sexual comience con palabras o con contacto?
¿Con qué frecuencia te gusta tener contacto sexual a la semana?
¿Qué actos te excitan durante el sexo?
La comunicación es fundamental, y si mejoráis la vuestra es probable que también mejore vuestra relación en el dormitorio. Y al final, de eso se trata.