Las 15 cosas que las mujeres odian a la hora del sexo

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 29-10-2019

Había una vez –hace unos 176 mil años– en que el sexo humano consistía en emitir unos cuantos gruñidos, ensayar un par de empujones y un hombre de las cavernas gracias bum bum. El sexo moderno, por otra parte, tiene tantas opciones como un buffet a bordo de un crucero: ¡la mujer encima! ¡Pretzel trenzado en reversa! ¡Dime que soy hermosa y hazlo muy despacio! Y aunque a las damas nos encanta este mundo feliz pleno de variedad sexual, la verdad es que algunos —y quizá incluso la mayoría— de los actos de generosidad en la cama están un poco sobrevalorados. A continuación, 15 movidas que no valen la pena.

Cucharea

Los defensores de la máxima expresión en materia de acurrucarse quizá me odien por esto, pero hay que decirlo: la "cucharita" es extremadamente incómoda. La cuchara grande debe pasar el antebrazo bajo el cuerpo de la cuchara pequeña, incitando el entumecimiento de la mano y espasmos de dolor en el hombro, para no hablar del calor: acaban de terminar un extenuante ejercicio de dos minutos, los cuerpos parecen calderas, ¿y ahora quieren juntar sus sudorosos torsos el uno contra el otro como un par de viejos leones marinos? ¿Qué tal un beso rápido en la mejilla y una buena rascada de espalda? ¿O sólo, por qué no, menos cucharear y más separarse como tijeras.

Comida erótica

Conque viste Nueve semanas y media cuando eras muuuy joven. Por favor, no te desquites con nosotras. Y a menos que estemos en pleno verano, olvídate de todo lo que tenga que ver con cubitos de hielo.

El 69

Hacer el 69 es tan despiadadamente eficiente que debería ser llamado Neunundsechzig, como en Alemania, porque implica tomar algo maravilloso y a continuación echarlo a perder con mucho esfuerzo físico y peligro de ahogarse. ¿De verdad tienen tan poco tiempo? A menos que sean adolescentes embutidos en el asiento trasero de un Honda Civic, no hay razón para convertir una exquisitez sexual en una construcción de Lego. SÓLO TÚRNENSE. Llámenlo hacer el seis [con una ventana de 30 minutos] y el nueve. O, bueno, también pueden llamarlo sexo oral.

El 70

Matemáticamente, es el 69 más un dígito. Existe la posibilidad de que haya un dedo involucrado en alguna parte. También existe la posibilidad de que yo recién lo haya inventado. Pero ahora que es público, lo proclamo sobrevalorado.

Dar las gracias al terminar

Me encanta que sean bien educados, pero esto me hace sentir como la señora de la cafetería que les acaba de traer un plato de pudín. Busquen otras formas de demostrar sus buenos modales, ¿sí? ¡Gracias!

Sexo con las luces prendidas

Ya sé, ya sé: todos deberíamos estar súper seguros de nuestros cuerpos y exhibir con orgullo nuestros bocados y platillos bajo las luces más potentes, pero, en contra de la opinión popular, preferir una luz tenue no necesariamente significa que a uno le dé vergüenza lo que tiene para mostrar. Tal vez ustedes sean como yo y no quieran ver lo que su pareja tiene para enseñar —como, digamos, extrañas espinillas en la pierna y queratosis en la parte superior del brazo—. Esto se llama mantener el matrimonio con vida.

Sexo en la playa

Por supuesto que suena delicioso. Pero en la práctica uno termina con el trasero irritado por la arena y algún niño con un trauma psicológico por alejarse demasiado de su toalla. Además, hay que estar pendientes de dos tipos de bichos perniciosos: los de la playa y... bueno, me entienden.

La vaquera a la inversa

Para ser honesta, conozco a muchas mujeres que defienden esta posición. Pero la disparidad panorámica es lo que me molesta. El hombre tiene la oportunidad de ver un trasero tonificado que sube y baja en toda su jugosa gloria, mientras a la mujer le toca ver la pila de ropa sucia.

Masaje de espalda aficionado

La intención es muy dulce, pero a menos que ustedes sean masajistas entrenados (y en este caso, ¡no mezclen negocios con placer!), sus débiles apretones con los dedos normalmente sólo se sienten como si un niño de siete años estuviera jugando sobre mi espalda. Y como ustedes deberían saber, los niños de siete años que tocan el piano no son afrodisiacos.

La paja rusa

Estoy de acuerdo con los bebés y los hombres peludos en las paradas de camiones: las tetas son divertidas. ¡Las pelotas inflables de la naturaleza! ¡Los ojos locos del torso! Por supuesto, tóquenlos, apriétenlos y jugueteen con ellos hasta quedar satisfechos a la hora del sexo. Sólo no usen al señor Enhiesto para montar su pecho como si estuvieran dando algún tipo de primeros auxilios vitales. Créanme, ella no está muerta: sólo está aburrida.

Cunnilingus

Es broma, es broma: el cunnilingus es perfecto. Practíquenlo a diario.

Cualquier cosa sacada de la página 7 a la 87 del Kama Sutra

La mayoría de las mujeres no tienen una flexibilidad nivel Cirque du Soleil, y la mayoría de los hombres ni siquiera pueden tocarse los dedos de los pies. Es posible disfrutar el sexo sin contorsionar los cuerpos en la forma de la doble hélice del ADN.

Trío

¿Así como cuando uno va caminando por la acera con dos amigos y un papá con un cochecito de bebé viene del otro lado y lo obliga a uno a hacerse detrás de sus amigos? Así se sienten los tríos: en algún punto, alguien resulta excluido y se queda jugando incómodamente con una teta o reacomodando el desorden de las almohadas. Una vez me escabullí de la habitación en medio de un trío para comer una taza de Kix porque pensé: “Bueno, estos dos están muy bien sin mí”. Oh, pero, ¿saben para qué sí son buenos los tríos? Para alardear de que uno una vez participó en uno, como yo hace poco.

Todos los “movimientos sexuales” inventados por niños de 14 años en Urban Dictionary, incluidos el tiburón terrestre, el Dirty Sánchez y cualquier otro que suene como un villano de un libro de cómics de los años 30. Nadie ha hecho nunca uno de estos.

Invadir su zona púbica con las manotas

Uno podría pensar que esto estaría fuera de lugar en una jocosa lista de movimientos sexuales sobrevalorados, y en realidad sí: más que una movida es una forma de acoso sexual. La bolsa de colostomía apenas pensante que los Estados Unidos eligió como presidente parece pensar que manosear el pubis femenino es una forma más "manual" de invitarles una copa. Si ese fuera el caso, permítanme decir, en nombre de todos los receptáculos de la gratificación sexual masculina (antes conocidos como “mujeres”): ¡eso no está bien, imbéciles!

Fuente: GQ

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