El tiempo informa que sentir celos cuando se está en una relación sentimental puede llegar al extremo: revisar el celular de su pareja, seguirla a donde va, controlar con quién habla o hasta con qué prendas se viste pueden ser una señal grave sobre su comportamiento. En ocasiones, se convierte en una obsesión y dependencia que requiere de intervención psicológica.
¿Es normal que aparezcan? Según expertos, sí lo es. Lo que no es normal es que usted tenga episodios de “miedo, inseguridad e ira, y en los casos extremos puede desfilarse por la violencia y afectar de manera negativa la salud de quienes los padecen”, como explicó a este diario Sandra Herrera, psicóloga clínica de la Universidad de Salamanca, en una charla pasada.
¿Por qué se suscitan? Para Herrera, hay que entender que se despiertan porque usted siente que hay un rival o una amenaza en su relación. Y está bien.
De hecho, es una reacción emocional que en algún momento tiene que surgir, según le dijo Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo, al medio británico ‘BBC’. En cómo usted afronte esa reacción está la clave, ya que en un principio es algo transitorio que no afecta ni su cotidianidad ni la de los demás.
Ciertas actitudes, como revisar el celular, pueden alertarlo.
¿Qué producen los celos en el cerebro?
En palabras de la psicóloga Sandra Herrera, los celos son una reacción de alerta mediada por una serie de neurotransmisores que actúan sobre algunas partes del cerebro, pero que terminan afectando todos los órganos del cuerpo.
El estímulo se origina por cualquier tipo de sentido, ya sea porque usted vio, escuchó, olió, tocó o recordó algo no tan agradable. Una vez se presenta, dentro de su cabeza hay mayor movimiento.
Las partes del cerebro involucradas que son responsables de las reacciones celotípicas se encuentran por debajo de la corteza cerebral. “Eso explica, de entrada, por qué muchas son irracionales”, mencionó la experta. Entre ellas están el hipotálamo -conectado con la amígdala-, el hipocampo y los ganglios basales -que son la base de los recuerdos, las emociones y las percepciones-.
Esas estructuras descritas hacen parte del llamado sistema límbico, en el cual se generan las sensaciones de deseo, enojo e ira. Todo en un mismo lugar. Si la corteza cerebral se deja “gobernar” por este sistema, habrá una reacción “exagerada e irracional”, comentó el psiquiatra Rodrigo Córdoba para EL TIEMPO, años atrás.
Usted puede tomar como una realidad algo que no tiene sustento, por ejemplo, creer que alguien le es infiel solo por saludar a otra. “La persona arma su propia historia, y no hay quien la saque de ahí, y ese es el desfiladero hacia una enfermedad llamada celotipia o celos patológicos”, añadió la experta Herrera.
La persona puede crear una falsa realidad al pensar que alguien le es infiel.
¿Cuáles son los tipos de celos?
Está obsesionado con la idea de la infidelidad y muestra una serie de conductas que se manifiestan tratando de buscar pruebas que lo demuestren
A partir de lo dicho por el sexólogo Walter Ghedin a la ‘BBC’ hay cuatro tipos de celos; el último refiere a la mencionada celotipia.
El primer tipo es el considerado normal que no produce ningún efecto más allá de una simple reacción poco agradable. Luego está el celo desmedido, por el cual los sujetos tienen un sinnúmero de dudas sobre la fidelidad de su pareja al punto que afectan la relación.
El tercer tipo es el celo como rasgo distintivo de la personalidad. Es decir: la persona siente desconfianza con la mayoría de los que lo rodean, ya sea en un vínculo amoroso, laboral, familiar o de amistad.
Y la celotipia es aquel trastorno, también denominado Síndrome de Otelo, en el que el sujeto tiene pensamientos delirantes. “Está obsesionado con la idea de la infidelidad y muestra una serie de conductas que se manifiestan tratando de buscar pruebas que lo demuestren, por ejemplo, entrando en el computador o mirando el teléfono móvil de su pareja. También puede mostrarse violenta o humillar al otro”, aseguró Ghedin.
Si usted nota que su pareja actúa de tal manera, lo indispensable es que busquen ayuda profesional para evitar malos desenlaces.