Telva es más probable que identifiquemos con mayor rapidez cuando una amiga o un familiar mantiene una relación tóxica que cuando nosotros mismos estamos inmersos en ella. Sin embargo, sí somos plenamente conscientes de que, al igual que la amistad, el amor es uno de los pilares de nuestra vida y universo afectivo, pero también hay que saber diferenciar cuándo se quiere bien y cuándo no. Dichos tan populares como "quien bien te quiere te hará llorar" o "la letra con sangre entra" han supuesto, a lo largo del tiempo, una normalización de comportamientos dañinos que poco tienen que ver con el amor puro y transparente.

Cuando estás en esa situación, aunque a priori parezca todo color de rosa, la realidad no es todo lo que tus ojos ven. Saber escuchar las opiniones del resto de personas que forman parte de tu vida, así como la de un especialista o incluso la tuya personal, es fundamental para saber si esa supuesta "perfección" realmente existe.

Por suerte, es cada vez más frecuente escuchar y leer en los medios de comunicación más influyentes hablar con profundización, y lo más importante, con naturalidad sobre los términos "relaciones tóxicas" o, incluso, "amistades tóxicas", normalizando así que el hecho de pedir ayuda o consejo a profesionales no signifique que seas una persona débil o que la gente tenga derecho a prejuzgarte.

A la hora de definir el concepto "persona tóxica" la psicóloga, Elena Ulecia lo tiene claro: "en el fondo son como vampiros de emociones, incluso pueden acercarse a la conducta psicópata. Ellos necesitan sentirse vivos a través del otro". En cambio, identificarlos no siempre es sencillo, ya que "el cerebro humano está creado para autoengañarse y confiar en los demás, porque somos seres sociales y necesitamos a otros". Una de las cosas que más enfatiza la psicóloga es el hecho de que las "personas tóxicas se guían por placer y displacer, no tienen sentimientos complejos". Y llegados a este punto, nos planteamos: ¿cómo puedo saber si formo parte de una relación tóxica? Para resolver esta gran -y, sobre todo, complicada- pregunta, Ulecia, nos desvela siete señales para detectarlo y acabar con ella para siempre.

CÓMO DETECTAR UNA RELACIÓN TÓXICA

Degradación: comienza cuando se produce una reducción o una infravaloración del valor esencial e inherente de la persona.

Distorsión de la realidad subjetiva: se basa en transformar la percepción de la realidad, el juicio, la conciencia y la memoria.

Sobrecarga de responsabilidades: se produce cuando uno exige que el otro se haga cargo por entero de los problemas y responsabilidades compartidas.

Privación: cuando se limita o reduce la posibilidad de satisfacer las necesidades básicas, es decir, las personales, sociales y laborales.

Intimidación: una estrategia basada en causar o infundir temor, miedo o terror en la otra persona. Un comportamiento vinculado con la asertividad, ya que según la psicóloga, "los profesionales insistimos en el aprendizaje de la conducta asertiva, es decir, en ser capaces de expresar de forma clara y firme nuestro criterio, aprender a decir no, poner límites". De esta forma, "podrás valorar la actitud del otro respecto a los límites. Si la persona se intenta imponer de alguna manera, ya sea violenta o agresiva, persuasiva, insistente, sibilina, comienza a atacarte de alguna forma por no compartir su criterio, pon la cabeza a funcionar y no normalices las faltas de respeto".

Cosificación: empieza cuando conviertes a la otra persona en un objeto sin necesidades, deseos, posibilidades o elecciones propias.

Estrategias defensivas: cuando se traslada la responsabilidad plena de las conductas violentas al otro.