Aspectos del apetito sexual en parejas

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 27-02-2022

Telva dio a conocer que confundir pasión, deseo y fantasías, menospreciar las relaciones que no son puramente genitales o conformarnos con lo que no nos complace nos hace considerar que ya no nos apetece tener relaciones con nuestra pareja. Puede que estemos interpretando mal lo que nos ocurre como también lo que necesitamos para seguir disfrutando junto a nuestro compañero. Gracias a dos expertas terapeutas averiguamos cuáles son los factores que nos llevan a esa supuesta inapetencia, si tiene solución y, sobre todo, cuál es el concepto de sexualidad del que partimos.

En 2007, en la película Juno, una joven adolescente se pregunta sobre el deseo y sexualización de la mujer. "Odio cuando los adultos usan la expresión 'sexualmente activa'. ¿Qué significa eso? ¿Qué me desactivaré algún día? ¿O es un estado permanente?". La que no es activa, se cree, que usa la excusa del dolor de cabeza. Y es que entre chistes malos sobre dolores de cabeza y definiciones del deseo de la mujer como la freudiana que la concibe un enigma, no hay forma de evitar los estigmas que persiguen al deseo femenino. Ya lo decía Virginia Wolf: "la mujer es el animal más discutido del universo".

En ese escenario de controversia, la sexualidad femenina ha sido (y es) objeto de estudio y juicio. Más aún cuando se une la variable temporal a la ecuación. "La sociedad en la que vivimos niega la sexualidad de las personas a medida que cumplen años ¡sobre todo la de las mujeres! Hasta es objeto de burla la insinuación de que una mujer mayor pueda sentir deseo sexual. Si una mujer interioriza todas estas creencias, es muy posible que deje de percibirse a sí misma como un ser sexual y, por tanto, pierda su deseo", explica Ana Lombardía, terapeuta especializada en bienestar y salud sexual de We-Vibe.

Según Sigmund Freud las mujeres se podían clasificar como maduras o inmaduras. Las primeras tenían orgasmos durante la penetración; las segundas, a través del clítoris. El padre del psicoanálisis tenía su particular forma de justificar la penetración y es una idea que sigue coleando a día de hoy, formando parte de las creencias que han creado una conciencia social sobre asuntos de sexualidad cuando hablamos de una relación heterosexual. "Es un modelo absolutamente masculino. Es cierto que el coito es fantástico porque genera simbiosis en la pareja, pero no es la práctica que da placer a las mujeres" explica la sexóloga y embajadora de LELO, Valérie Tasso.

Se puede deducir que buena parte de la población parte de un concepto erróneo de sexualidad. "Es importante ampliar la noción de sexualidad que tenemos y recordar que no es únicamente la estimulación de los genitales, sino también los besos, las caricias, las palabras, los cuidados mutuos, la intimidad... ¡eso también en sexualidad!", subraya la terapeuta Ana Lombardía. "A veces, con la edad la sexualidad cambia de forma, a veces no es genital, pero sigue ahí expresándose de formas distintas. Es muy importante que la sexualidad siga de algún modo en la pareja, pues sino se pierde la relación como pareja y pasamos a ser simples convivientes".

POR QUÉ SE DILUYE EL DESEO

Al hablar con las expertas, uno de los motivos que más sale a relucir como origen de la disminución del deseo sexual es la falta de satisfacción en las relaciones sexuales. Muchas parejas que llevan décadas juntas porque tienen otras facetas en común que en su vida tienen más relevancia, llevan años manteniendo relaciones sexuales poco satisfactorias. Luego es el tipo de vida sexual que llevamos lo que hace que disminuya el deseo.¿No será que nos apetece probar otras cosas sin llegar a excentricidades?

"En las mujeres es frecuente encontrar que llevan años sin disfrutar de las relaciones sexuales, sin tener orgasmos y manteniendo prácticas nada placenteras para ellas (por ejemplo, relaciones que se limitan a la penetración). A veces, con la edad llega el desgaste y es cuando deciden plantarse y empiezan a respetar sus deseos, en este caso, el no tener más sexo. Si el sexo se ha convertido en algo no placentero, es normal que no les apetezca repetirlo" explica la sexóloga Ana Lombardía.

También deberíamos tener en cuenta que la sexualidad, como muchas otras cosas en la vida, se ve afectada por la plasticidad y con los años se transforma. "Cuando las mujeres de cierta edad dicen que no les apetece tener sexo no están diciendo que no tengan sexualidad, simplemente están diciendo que han llegado a otro nivel", dice la terapeuta Valérie Tasso. El poder de una mujer madura es que conoce muy bien su cuerpo y deja de tener miedo a su sexualidad, lo que le puede permitir experimentar otro tipo de placer.

PASIÓN, DESEO Y FANTASÍAS

Estos tres conceptos suelen confundirse con mucha facilidad. Si no es el deseo con la pasión, es el deseo con las fantasías. "La pasión no puede estar 24 horas al día ni toda la vida. Hay que pensar que el sexo es como el buen vino, que mejora con el tiempo. De otra manera, no a través de la pasión exacerbada. Ese misterio es normal que desaparezca, se entra en una familiaridad que no es mala, una forma diferente de amar. Hay que evolucionar para que el sexo siga siendo satisfactorio de otro modo", explica la terapeuta embajadora de LELO.

En la serie Sexo/Vida de Netflix una esposa cualquiera, pese a estar felizmente casada, comienza a fantasear con encuentros sexuales con su anterior pareja. La crítica no es muy amable con la calificación de la ficción, pero el argumento muestra los sueños eróticos de una mujer sin necesidad de justificar una infidelidad. "Es normal fantasear con otras personas y sano. Las fantasías se quedan en el plano imaginario y responden a la pregunta de 'qué soy capaz de imaginarme'. El deseo responde a la pregunta de 'qué quiero hacer'. Se confunde la fantasía con el deseo, que son complementarios, pero no iguales", cuenta Valérie Tasso.

QUÉ HACER PARA AUMENTAR LA LÍBIDO

Lo primero que debes hacer para volver a experimentar el deseo sexual con tu pareja es hablar de ello, compartir aquello que quieres hacer. Si has hecho un análisis de lo que te gusta y te has deshecho de los complejos, transmítele a tu pareja tus inquietudes y liberaos ambos de los prejuicios para disponeos a descubrir un nuevo mapa erótico. "Es fundamental la comunicación en la pareja para poder cambiar las dinámicas y las rutinas que se han establecido con los años, y ponerse manos a la obra para encontrar formas satisfactorias para ambos de vivir el sexo", explica Ana Lombardía. Ambas expertas coinciden en la necesidad de comunicarse con la pareja para mejorar la relación: "Suele pasar que el uno cree que sabe lo que le gusta al otro. Y los gustos cambian. Lo que no te apetecía antes, puede que ahora si te apetezca. No hay que dar por hecho lo que el otro quiere, hay que hablar sobre ello", dice Valérie Tasso.

"Cuando uno tiene un deseo hipoactivo se tiene que trabajar entre los dos porque las personas se retroalimentan en el deseo. Nunca una pareja tiene el mismo nivel, siempre uno tiene un poco más, es normal. El problema empieza cuando uno tiene mucho y el otro nada" explica la experta en salud sexual Valérie Tasso. Por supuesto no ayuda nada a la relación el mantener unos niveles de estrés y preocupaciones altos. Si bien cada vez soportamos más carga mental en este sentido. "Nos hemos vuelto cada vez más precarios en cuanto a calidad de vida, lo que genera una precariedad en cuanto a las satisfacciones sexuales", apostilla.

También es muy importante respetar el momento vital de cada uno. "A veces, la persona no tiene interés en recuperar su deseo sexual, y eso no es algo malo ni se le tiene que forzar a ello. A veces, cambian las prioridades y nos encontramos en una etapa en el que preferimos disfrutar de otras cosas. Otras veces, simplemente, queremos disfrutar de la sexualidad, pero no de un modo genital", subraya la experta de We-Vibe. Según el psicoanalista Jacques Lacan, el deseo no se puede identificar solo con la atracción sexual (o "genital", como la llama Freud), porque sería limitar demasiado el concepto, por mucho que sea la concepción más amplia a día de hoy.

El sexo es importante en una pareja, pero no lo es todo. "El sexo es importante pero es más importante el amor y los pactos que se generan en la pareja", insiste Valérie Tasso, quien después de 15 años ejerciendo como terapeuta de parejas, señala tres cimientos fundamentales para la supervivencia de la relación: el amor, los pactos y el sexo. Las dos primeras son inquebrantables, la tercera es negociable: "Hay parejas que se basan solo en las dos primeras porque han negociado que el sexo no lo necesitan. El sexo es un cimiento que permite generar ternura, complicidad y muchísimas otra cosas, pero si no acaba de funcionar, no necesariamente una pareja se va a pique. Y si una pareja se basa solo en el sexo, sin duda, acabará rompiéndose".

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