GQ informa que así como nos gusta disfrutar nuestra sexualidad plenamente, también existe la erotofobia, algo que va más allá de experimentar ciertos miedos que normalmente se traducen en timidez o reserva al vernos de frente con nuestra intimidad y, sobre todo, compartirla.
Pero vamos tomando valor y confianza, y, poco a poco, los temores se disipan y el sexo ocupa un sitio importante en la vida para gozarlo a tope.
Sin embargo, no todos pueden decir lo mismo. No pueden porque tienen fobia a ejercer su parte erótica y todo indica sea un miedo que va más allá de la falta de valentía y esto se sitúa en el listado de las patologías humanas.
Qué es la erotofobia y síntomas
Este padecimiento se presenta ante diferentes situaciones que tienen que ver con el sexo, que si bien cualquiera de nosotros hemos sentido ciertos temores frente a ello, en la o el erotofóbico se desarrolla a niveles aún más preocupantes; tanto, que llega a aislarse sin compartir su intimidad o, si se atreve, vive en constante zozobra antes, durante y/o después del acto erótico.
Sí hay solución
El remedio, sin duda, está en las manos de un terapeuta especializado, quien identificará el origen del problema, que quizás tenga que ver con traumas de hechos pasados relacionados a abusos, maltratos y otras malas experiencias incluso sociales, así como también dependa de inseguridades físicas y emocionales, y creencias que desde muy jóvenes se llevan a cuestas.
Por otro lado, el autotratamiento no es muy conveniente, pues la complejidad del mal amerita tener a un experto como guía. Si la hay, la pareja también podrá participar en la superación del padecimiento, quien llegará a este punto porque entenderá que el otro u otra tiene un problema.
Generalmente, como parte de la terapia está el comprender que la sexualidad es parte de nuestra vida, que sólo puede ser disfrutable y nunca motivo de incomodidad o molestia, y que no existe el sexo increíble o perfecto, como muchas veces se ha percibido debido a escenas idílicas, como en el cine y el porno.
Generalmente, la terapia para el erotofóbico está el comprender que la sexualidad es parte de nuestra vida.
Los miedos
Este problema se subcategoriza en distintas fobias y aquí te enumeramos las principales:
Hafefobia
El miedo a ser tocado lo dice todo. Esta patología es parte de la vida cotidiana, así que ni hablar del contacto sexual. Quien lo padece responde al simple roce, cuando el contacto es prolongado o en los dos casos por igual. De esto se deriva la Quiraptofobia, o sea, el miedo a ser tocado específicamente en las zonas genitales.
Gimnofobia
Mostrarse desnudo es imposible. Además, su aprensión por estar sin ropa es la misma que ver desvestido a alguien más, ya que, para quien sufre esta fobia, el cuerpo al natural tiene una connotación negativa y vergonzosa.
Falo y colpofobia
Observar alguna parte del cuerpo que tenga que ver con el sexo, especialmente los genitales de ambos géneros, crea en la persona (incluidas las mujeres) una alteración difícil de lidiar.
Miedo a la intimidad
Aquí no hay temor a iniciar el acto erótico, pero mientras esto ocurre, le es intolerable la invasión a su cuerpo; y por si no fuera suficiente, también le teme a su propia excitación y al ‘descontrol’ consecuente de sí mismo, llevándolo al bloqueo y a dar fin al encuentro. Que implique sentimientos también le es muy incómodo.
Filemafobia
La intolerancia a besar y ser besado se incluye en la lista, y normalmente es por la fobia a los gérmenes y el posible mal aliento.
Geno o coitofobia
Todo es excelente en los preliminares; hay caricias, besos y estrujamientos. Pero de ir más allá, ni hablar. El sexo es insoportable y más si hay penetración. En el caso específico de la mujer, sucede, por lo regular, por miedo al dolor tanto superficial como interno llamado Dispareunia o Vaginismo, que se da debido a la falta de lubricación o problemas más serios en los genitales. En los hombres, normalmente, los motivos que tienen que ver con lo psicológico (también en ellas) más que físicos.