Dispareunia: cuando el sexo no provoca placer

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 15-11-2020

El Clarín dio a conocer que la dispareunia se define como el dolor durante el coito, tanto en las mujeres como en los hombres. Puede ocurrir al inicio (dispareunia superficial), durante (intracoital o profunda), o después del coito. Las molestias suelen manifestare con sensaciones de ardor, pinchazos y quemazón.

"En las mujeres el dolor puede aparecer apenas el pene presiona para ingresar en la vagina (vulvodinia). En estos casos suele ser consecuencia de haber padecido vaginismo, que es la contracción involuntaria de los músculos de la vagina que impide todo tipo de penetración, o haber padecido infecciones vulvares y/o vaginales. El malestar doloroso también puede ocurrir una vez que el pene penetra la vagina. En los hombres, en cambio, el dolor puede surgir durante el juego erótico, con alta sensibilidad en el glande y aumentar durante la penetración. También puede extenderse a dolor en testículos, en próstata, y durante la eyaculación", explica a Clarín ?el médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin.

Causas

La dispareunia se debe a causas orgánicas, psicológicas y mixtas. Las causas orgánicas más frecuentes en las mujeres son: infecciones vaginales, atrofia o pérdida de la elasticidad y lubricación de la mucosa vaginal (menopausia).

Por su parte, en los hombres la causa orgánica más frecuente es la persistencia de la dificultad para retraer la piel que cubre el glande (prepucio), un inconveniente que se denomina fimosis y que se resuelve con cirugía.

Dentro de las causas psicológicas existen los traumas sexuales, pudor, represión, creencias religiosas, desinformación, poca exploración y autoconocimiento sexual, miedos (fobias sexuales), temor al embarazo o a contagiarse enfermedades.

Además, influyen los problemas de pareja como las crisis vinculares, juegos de poder, violencia, escaso juego previo, mala comunicación, monotonía, ansiedad que apura la relación, pobre intimidad, etc.

"Este trastorno solo era reservado a las relaciones sexuales dolorosas de la mujer, pero actualmente se conoce también la dispareunia masculina y que se define como dolor genital o pélvico, recurrente o persistente con actividad sexual, o disfunción sexual que está presente durante tres meses o más. En la mayoría de los casos está relacionado con la presencia de dolor en la eyaculación; asimismo, puede estar asociado, durante la fase de excitación, con la erección, o durante el coito con la penetración", precisa Ghedin.

Para evitar esta dolencia es fundamental usar lubricantes de base acuosa (por ejemplo los que vienen con los preservativos) y es muy importante darse mucho tiempo de juegos sexuales antes de pasar a la penetración.

"Desmitifiquemos que todos los encuentros tienen que terminar en un coito. La penetración no es obligatoria, podemos evitarla cuando no tenemos ganas. Recordemos que hay muchas zonas erógenas en nuestro cuerpo", afirma Cecilia Borghetti, psicóloga y especialista en Sexología Clínica y Educación Sexual.

La dispareunia tiene una mayor prevalencia en la población femenina. La Organización Mundial de la Salud reportó una prevalencia mundial entre 8 y 22% en el sexo femenino. La prevalencia de la dispareunia masculina es todavía desconocida. Sin embargo, algunos estudios muestran que aproximadamente entre el 1% y el 5% de los varones sufren dolor durante las relaciones sexuales.

¿Cómo influye esta situación en la pareja, dentro y fuera de la cama?

"Esta situación puede llevar a la evitación de los encuentros sexuales, pero es un problema cuando no hay comunicación en las parejas ya que muchas veces hay dificultad para contar lo que les pasa, lo que sienten y la pareja puede vivirlo como un rechazo, desconociendo que hay dolor. Otra de las consecuencias podría ser que siguiendo los mandatos de complacer a la otra persona, continuar aún con dolor los encuentros sexuales, pero fuera de la cama esa situación se puede traducir en enojos y en reproches. Y está claro que en todos los casos son personas que no pueden disfrutar y vivir su sexualidad placenteramente", responde Borghetti.

Antes de pensar en un tratamiento, lo primero que hay que hacer es descartar problemas fisiológicos en la consulta ginecológica. "Una vez que nos aseguramos que desde lo orgánico, desde lo funcional, no hay ninguna dificultad, se recomienda terapia sexológica con una sexóloga o sexólogo clínico donde a través de entrevistas y de ejercicios que se realizan en la intimidad, se irá abordando específicamente la dispareunia, ya sea de manera individual o en pareja. En muchas ocasiones es la mujer quién nos pregunta si puede ir con su pareja, ya que ésta disfunción trajo como consecuencia algunos conflictos", expresa Borghetti.

Consejos

Ghedin brinda una serie de recomendaciones para que las parejas puedan trabajar sobre el problema y, de esta manera, empezar a disfrutar de los encuentros sexuales.

?La información sexológica ayuda a derribar mitos que están naturalizados.

?Encontrar momentos para estar juntos.

?Aprender a comunicar, sobre todo cuando aparece insatisfacción sexual. No tener miedo a hablar. Lo que no se habla se convierte en conjeturas, supuestos, o en síntomas.

?Encontrarse sin una finalidad coital. Incentivar el contacto, las caricias, los besos, preparar el lugar, pedir lo que le gusta a cada uno.

?No esperar a que el otro tome la iniciativa.

?Dejar que todo el cuerpo participe con las sensaciones erógenas. No limitarse a la genitalidad.

?Los problemas conyugales no se dirimen en la cama.

?El deseo sexual no aparece espontáneamente, hay que "trabajar" para que aparezca.

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