El Día dio a conocer que según los especialistas, la sexualidad es una dimensión fundamental del hecho de ser un ser humano que se experimenta o se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. Pero además, tiene que ver con el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales.
Es decir, que la sexualidad se vive y se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos en lo cotidiano.
En este sentido, la salud sexual tiene que ver con el proceso permanente de consecución de bienestar físico, psicológico y sociocultural relacionado con la sexualidad personal.
Es por eso que se observa en las expresiones libres y responsables de las capacidades sexuales que propician un bienestar armonioso personal y social, enriqueciendo de esta manera la vida individual y social. No se trata simplemente de la ausencia de disfunción o enfermedad o de ambos. Para que la salud sexual se logre es necesario que los derechos sexuales de las personas se reconozcan y se garanticen.
¿Qué pasa entonces con el sexo y la salud sexual cuando un hecho extraordinario como la cuarentena irrumpe en nuestras vidas alterándolas de pies a cabeza?
El aislamiento que lleva más de seis meses puso a la mayoría de las personas en dos situaciones extremas: conviven todo el tiempo con su pareja o quedaron separada de ella. Ni hablar de quienes no tienen un vínculo estable y la posibilidad de conocer a alguien e intimar se vio desterrada.
Desde las carteras de salud de los distintos estamentos gubernamentales se recomendó en un principio que aquellos que no convivieran en pareja se abstuvieran de salir al encuentro sexual con otro y propusieron el sexo virtual o la masturbación como opción para canalizar el deseo.
El médico infectólogo José Barletta, fue uno de quienes difundió recomendaciones para evitar la propagación del coronavirus a través de la vía sexual. El doctor informó que la ciencia ya tenía confirmado que el virus se transmite a través de los besos, pero remarcó las pocas precisiones que había sobre qué sucede con el semen y otro tipo de secreciones corporales.
Fue por eso que el especialista recomendó apelar a las videollamadas, el sexo virtual y el sexting y aconsejó lavarse las manos después de la masturbación y desinfectar teclados, pantallas y juguetes sexuales una vez concluido el acto virtual.
Sin embrago, las conductas humanas respecto al sexo y la sexualidad han sido bastantes variadas. Una encuesta anónima de sexualidad y cuarentena realizada por AHF Argentina demostró que el 43 por ciento de quienes no pasaron el aislamiento junto a su pareja rompieron la cuarentena para tener relaciones sexuales presenciales. De este grupo, el 51 por ciento fueron mujeres de entre 20 a 39 años.
La encuesta fue respondida por 647 personas de todas las provincias del país, con una confiabilidad en la representatividad de la muestra del 97 por ciento. Las respuestas se recolectaron del 27 de mayo al 10 de junio a través de un formulario en Docs de Google. La media de edad fue de 33 años, en el rango de 14 a 75 años.
Además, de los encuestados, el 34 por ciento manifestó no haber tenido relaciones sexuales durante el aislamiento. Y el resto que sí lo hizo, fue de manera presencial (61 por ciento), masturbación (27 por ciento) y sexo virtual (12 por ciento). De los que mantuvieron relaciones sexuales presenciales, el 47 por ciento dijo que nunca usó preservativo en estos encuentros de cuarentena.
“Más allá de las diversas acciones de los sujetos en este contexto de aislamiento social que impacta fuertemente en la vida sexual de muchas personas, consideramos que hay que hacer foco en el bajo uso de preservativos durante la cuarentena. Su uso es la manera más efectiva para prevenir el VIH, las ITS y los embarazos no planificados y estos datos nos hacen temer un aumento de las infecciones post cuarentena”, aseveró Natalia Haag, Directora de Testeo y Prevención de VIH de AHF Argentina.
Respecto al deseo sexual, el 46 por ciento dijo que se mantenía igual, el 28 por ciento que aumentó, el 21 por ciento que disminuyó y un 5 por ciento manifestó no tener deseo sexual.
“El deseo sexual tiene que ver con la creatividad, con sentirse bien y estar tranquilos: cosas que hoy no están en su plenitud. También, en una situación adversa como esta, las personas pueden encontrar en la sexualidad una distracción, un escape. Entonces pueden pasar dos cosas: o que el deseo disminuya, o que se eleve. No hay una regla para esto”, explica Cecilia Ce, psicóloga especialista en sexualidad y autora del libro Sexo ATR.
En este sentido, los especialistas coinciden en que lo que nos puede suceder con la sexualidad es distinto para cada uno: la clave está en no sentirse mal si sentimos más o menos deseo, ya que puede ser variable en cada persona y también variable a medida que pasa el tiempo.
Las personas que conviven con sus parejas tienen un gran desafío vinculado a los espacios de cada uno, los límites, la paciencia y la empatía. Y, sobre todo, en la sincronía del deseo, que no siempre sucede y que el aislamiento puede mejorar o empeorar. “Al principio estábamos más entusiasmados y aumentó la frecuencia de los encuentros. Pero con el paso de los meses eso se aplanó y ahora tenemos momentos”, cuenta Mariano (36) quien convive con su pareja hace 4 años.
La falta de sincronía del deseo en la pareja puede darse por los cambios emocionales de cada uno, los altibajos. También puede afectar la dinámica del hogar, en la que de repente hay familias que están trabajando, limpiando la casa, cocinando, cuidando a los hijos y enseñándoles la tarea online.
VÍNCULOS “INFORMALES”
Según los especialistas, con la cuarentena hay una nueva necesidad de estar más cerca de las personas que queremos, nos gustan o nos interesan. En este sentido, algunos vínculos que hasta ahora eran incipientes se están consolidando y fortaleciendo.
La sexualidad, para quienes no están en una pareja formal, es una búsqueda de conectar con otro; las personas pueden atravesar épocas de mucha más abstinencia sexual que esta cuarentena, pero hoy se vive más fuerte e intenso porque hay mayor anhelo de contacto.
Las relaciones que nacían a través de aplicaciones o redes sociales, que se basaban en conversaciones más superficiales o banales, ahora mutan y las personas empiezan a compartir sus emociones. “Esto afianza algunos vínculos sexoafectivos, se descubren nuevos y se borran algunos que ya no iban más; la pandemia nos cambió incluso lo que toleramos y lo que no”, agrega Cecilia Ce.
A la vez, para muchos, el riesgo es un factor que suma a la hora del erotismo. Lo prohibido suele sumar puntos en las fantasías sexuales y romper esas barreras son un estímulo. Es por eso que salir al encuentro sexual con un desconocido fue la elección de varias personas. “Ya usaba las aplicaciones para conocer gente antes de la cuarentena y estaba familiarizada con ellas y sus formas, así que conocer a alguien por ese medio no fue una novedad, pero sí lo fue encontrarme con algunos chicos en plena pandemia”, cuenta Bárbara (34) que se describe como hipocondríaca y tomó varios recaudos antes de verse con sus parejas sexuales ocasionales.
“Les preguntaba si estaban cuidándose, si habían visto a otras personas, con quienes vivían... La primera vez vino un chico a casa y armé todo un protocolo con el alcohol en gel. Después me reía sola porque no tenía sentido”.
En su segunda y última cita, Bárbara fue la visita y ahí se despertaron todas sus alertas. “Él me pasó a buscar y yo iba súper tensa pensando que nos podía parar un control y terminaba presa por ir a tener sexo. Una vez que llegamos a la casa me relajé hasta que pasó se terminó el momento del juego de seducción. Me vi lejos de mi departamento y me agarró una angustia terrible porque me sentía con culpa. Casi le pido que me lleve a mitad de la noche”, relata sobre esa experiencia que la hizo ver que “no podía ponerme en riesgo de contagiarme o contagiar a alguien sólo por un encuentro sexual”.
ALTERNATIVAS
La autosatisfacción es una herramienta personal de la sexualidad, y en días de cuarentena es fundamental desarrollar este tipo de recursos: la masturbación, el sexting o el sexo virtual. Muchas personas aprovecharon esta cuarentena para descubrir, explorar, transitar la masturbación e informarse sobre ella.
“La masturbación y el sexting son claves para las personas que viven solas; es el modo de descarga y de disfrute de la sexualidad. A medida que pasa el tiempo de cuarentena es más la tentación de salir a encontrarse con un compañero sexual, por eso ser creativos con la autosatisfacción es fundamental”, explica el sexólogo Patricio Gómez di Leva.
Hay personas que en este contexto se consideran en una etapa “asexuada”, aunque los sexólogos aclaran que disminución o falta de deseo no son sinónimos de asexualidad. Los especialistas coinciden en que no hay que “alarmarse” si el deseo está alterado o hay desencuentros, y recomiendan trabajar en la creatividad y la variación de herramientas para sobrellevar la cuarentena y seguir disfrutando la sexualidad en la mayor plenitud posible.