La Razón informa que ¿Alguna vez te has planteado si el sexo es necesario en tu vida? Nunca antes esta pregunta había tenido tanta relevancia como este verano incierto por la Covid19. Entre el distanciamiento social, la mascarilla y las reglas de prevención, desde luego el 2020 no será recordado como un año muy benévolo para el bienestar sexual. Sobre todo si hablamos de sexo casual y personas solteras.

De hecho, los beneficios del sexo están ampliamente estudiados y se considera esta actividad como un elemento fundamental para conservar nuestra salud general. Cuando se mantienen periodos prolongados de abstinencia sexual (ya sea voluntaria o por factores externos como la pandemia) nuestro cuerpo se comporta de manera diferente y nos envía señales claras: aumentan los niveles de estrés, la piel pierde luminosidad, se duerme peor, el carácter se agría, hay sensación de malestar general, hay tendencia a resfriarse más fácilmente o a tener más problemas digestivos, tendencia a reducir la vida social o a trabajar en exceso

Al igual que el deporte activa entre otras la llamada hormona de la felicidad, la oxitocina, la actividad sexual trae beneficios en varios frentes. Por ejemplo, es saludable a nivel cardiovascular, lo que afecta tanto al bienestar general como a una mayor salud al haber mejor oxigenación de la sangre. Y repercute en el tono muscular, lo que puede ayudar a muchas mujeres a controlar su vejiga.

El sistema inmunológico también se ve afectado por la ausencia del sexo, y a nivel psicológico, una abstinencia erótica se traduce en falta de autoestima e inseguridad en las relaciones interpersonales.

Sexo y memoria

Tener una vida sexual intensa y satisfactoria incluso después de los 50 años ayuda a ralentizar el deterioro cognitivo y fortalecer la capacidad de recordar. Además de crear intimidad en las parejas y aliviar el estrés, ahora la ciencia acaba de confirmar que si no tiene relaciones sexuales tienes más posibilidades de perder la memoria con el tiempo. Un estudio publicado en la revista Archives of Sexual Behavior afirma que cuanto más sexo se tenga, menos probabilidades tendrá de sufrir pérdida de memoria a medida que envejece (que es una de las principales preocupaciones de todos).

De esta manera, este estudio ha encontrado una relación entre la actividad amorosa (no necesariamente sexual) y la prevención de la enfermedad del Alzheimer. La explicación se encentra en que tanto el sexo como el apego emocional estimulan diferentes áreas del cerebro que se encargan de controlar nuestra memoria, lo que significa que las personas que han tenido más experiencias tienden a recordar las cosas más fácilmente y por más tiempo.

Esta tesis se apoya en otro estudio de la Universidad de Manchester que destaca que las personas mayores con una vida sexual activa también tienen un mayor rendimiento cognitivo (sus cerebros funcionan mejor).

Tampoco existe una fórmula idónea que enlace sexo y evitar totalmente ciertos trastornos naturales de la edad, no hay que llamarse a equívocos. Simplemente es cierto que la intimidad emocional juega un gran papel en el tema de la salud.

Beneficios añadidos

Las personas sexualmente activas enferman menos ya que al practicar esta actividad nuestro cuerpo genera más anticuerpos y refuerza el sistema inmunológico, sobre todo la inmunoglobulina A (IgA) en un 30%. Son anticuerpos presentes en las mucosas que nos defienden de infecciones locales pero también de resfriados.

Además, mantener relaciones íntimas ayuda a reducir la tensión arterial sistólica y reduce las probabilidades de desarrollar enfermedades cardíacas. Durante las relaciones sexuales, el pulso del corazón aumenta, la sangre fluye más rápido y los monóxidos que produce el cuerpo protegen contra los ataques cardíacos. Las relaciones sexuales no solo aumentan nuestro ritmo cardíaco, sino que mantienen en equilibrio nuestros niveles de estrógeno y testosterona. El desequilibrio de estas hormonas provoca, por ejemplo, osteoporosis.

El sexo también ayuda a aliviar el estrés, ya que liberamos químicos cerebrales que estimulan el centro de recompensa del cerebro, aumentan nuestra autoestima y felicidad. Además, las caricias y el contacto con la persona que nos atraer reduce nuestra ansiedad y nos relaja.

¿Te duele la cabeza? Practica sexo, pues puede mantener a raya una migraña o un ataque de cefalea en racimo. De hecho, durante el orgasmo se libera una hormona que es capaz de bloquear el dolor y aliviar males como dolencias de artritis, menstrual o de espalda. Y después del orgasmo se libera la hormona prolactina, responsable de la relajación y de quedarnos dormidos plácidamente. ¿Aún necesitas más argumentos?