En la cultura japonesa, el bonsái es sinónimo de buena fortuna, equilibrio espiritual, contemplación y relajación a través del contacto con la naturaleza. La tradición de cultivar árboles en bandeja nació en China y posteriormente fue adoptada en Japón, desde donde se expandió al resto del mundo.
A pesar de la particularidad de su tamaño, los bonsái no son especies en miniatura o modificadas genéticamente: en realidad, el arte y la fascinación que envuelven a estos ejemplares está en la técnica que conlleva sembrarlos, podarlos y manipular su crecimiento durante cada fase para conseguir una versión miniatura de un arce, pino, olmo o casi cualquier árbol conocido.
Conoce los cuidados que requiere un bonsái para mantener su crecimiento, las podas y cómo elegir entre las especies de interiores y exteriores:
Cuándo regar tu bonsái y cómo hacerlo
Los bonsái son especialmente delicados cuando se trata de la cantidad de agua que reciben artificialmente y sin importar su especie, la regla no depende de los días entre cada riego o hacerlo periódicamente.
En realidad, la mejor forma de saberlo es observando la tierra de tu bandeja: si está seca, es momento de volver a regar, pero si se mantiene húmeda, deberás esperar un poco antes del siguiente riego. Si no estás seguro, inserta un palo de madera unos 5 centímetros en la tierra: si la tierra tiene una apariencia de polvo, significa que está seco, pero si el palo sale con húmedad y tierra oscura, debes esperar un poco más para el siguiente riego.
Realiza el riesgo con cuidado de no remover la tierra y con suficiente agua para que todas las raíces de la bandeja reciban un poco. Si tu bonsái tiene musgo, es probable que la humedad se concentre más y por lo tanto, los riegos deban ser más espaciados.
Fertilización y abono
A diferencia de otras especies, en el bonsái es muy necesario realizar un abono anual debido a la compresión de las raíces en la bandeja para buscar más nutrientes debajo de la tierra. Los mejores meses para hacerlo son durante la primera y el verano hasta antes de la llegada del otoño, cuando la temperaturas comienzan a descender y el bonsái detiene su crecimiento de forma momentánea.
Elige un abono estándar, una composta casera o compra un producto procesado especial para bonsái. Las tres opciones deberían ayudar en la nutrición de tu árbol. Realiza este procedimiento como mínimo una vez al año.
Podas y recortes
La poda es el cuidado más importante de cualquier bonsái, pues no solamente marca el camino que seguirá durante su crecimiento, también ayuda a estimular su desarrollo, fortalecerlo y conseguir un follaje tupido aún en las ramas mas bajas.
Es muy probable que el bonsái que adquiriste tenga encima varios años de cuidados y podas rigurosas. La tradición marca que la mayoría de estos árboles en miniatura deben aparentar una forma triangular. Tu tarea al adoptar uno es mantenerlo en el mismo patrón que lo adquiriste, recortar las ramas que crecen en direcciones nuevas y sobre todo, limitar el crecimiento hacia arriba de las ramas principales para favorecer a las más pequeñas y motivar un follaje mayor.
Para realizar esta poda, debes cerciorárte de que tu bonsái se encuentra seco y contar con tijeras especiales para lograrlo.
Otros cuidados
Cualquier bonsái debe recibir la mayor cantidad posible de luz natural durante el día, de forma que mantenga las pequeñas hojas vivas y las ramas creciendo según la forma que deseas que tome poda tras poda.
A no ser que vivas en un lugar donde los inviernos alcanzan los grados bajo cero, tu bonsái podrá mantenerse en el exterior el resto del año sin problemas. Si notas que las hojas de tu bonsái se marchitan de las puntas y no encuentras la razón, puede que se trata del agua que utilizas para su riego.
La recomendación de expertos es utilizar agua de lluvia o bien, agua purificada que se deja reposar durante un par de días con la intención de eliminar el cloro y otros químicos que pueden alterar la composición del pH de tu bonsái.