El País inform que Shannen Doherty vuelve a tener cáncer de mama. Así lo ha revelado la propia actriz, de 48 años, este mismo martes en una entrevista en el programa Good Morning America, donde ha querido hacerlo público. “Va a salir a la luz en cuestión de días o semanas que me encuentro en un estadio IV. Mi cáncer ha vuelto y por eso estoy aquí”, ha dicho la actriz entre lágrimas, tres años después de celebrar que su enfermedad había comenzado a remitir.
La intérprete, que formó parte del trío protagonista de la serie Embrujadas y también encarnó a la más mala de la famosa ficción de los años noventa, Sensación de vivir, ha admitido sentirse muy asustada: “Es un trago muy amargo en todos los sentidos. Estoy petrificada, muy asustada”. "Definitivamente, tengo días en los que digo por qué a mí. Y luego me voy, bueno, ¿por qué no a mí? ¿Quién más? ¿Quién más aparte de mí merece esto? Ninguno de nosotros lo hace", ha reflexionado.
La noticia, que coincide con el Día Mundial del Cáncer, se ha hecho pública ahora, aunque la actriz se enteró de este último diagnóstico en febrero del año pasado. Entonces, ya se había comprometido a participar en el remake de Sensación de Vivir y, además, coincidió poco después con la muerte de su excompañero de la mítica serie Luke Perry, quien falleció en marzo a causa de un derrame cerebral. Motivos por los que Doherty decidió no revelar su estado. “Era tan raro para mí ser diagnosticada y que alguien que parecía sano se fuera antes. Fue muy impactante y lo mínimo que podía hacer era honrarle haciendo ese show", ha explicado, haciendo énfasis en que es posible trabajar a pesar de estar en una fase tan avanzada de la enfermedad. "Una de las razones, junto con la muerte de Luke, por la que trabajé en la serie BH90210 sin decírselo a nadie fue porque pensé que la gente puede ver que otras personas en estadio IV que también pueden trabajar. Como, ya sabes, nuestra vida no debe terminar en el momento en que otengamos ese diagnóstico. Todavía tenemos algo de vida que hacer", ha dicho.
La actriz ha contado que lo que más le preocupaba era contárselo a su madre, Rosa, y a su esposo, el productor de cine Kurt Iswarienko, pese a que ambos siempre han estado a su lado apoyándola. “Mi madre es tremendamente fuerte y valiente, igual que mi marido, pero estaba preocupada por ellos”, ha dicho Doherty, que no tiene hijos.
Shannen Doherty anunció en agosto de 2015 que padecía un cáncer de mama. Aunque inicialmente se trató con terapia hormonal, poco después se sometió a una mastectomía, seguida de sesiones de quimioterapia y radioterapia. Al mismo tiempo que hacía frente a su enfermedad, Doherty se vio obligada a presentar una demanda contra la compañía que gestionaba sus finanzas y actuaba como su representante. La actriz acusó a la empresa de dejarla sin seguro médico lo que causó un retraso en su diagnóstico. En el requerimiento reclamaba más de 13 millones por este concepto, aunque finalmente llegó a un acuerdo extrajudicial para zanjar esta disputa.
Desde que hizo público su primer diagnóstico, la actriz siempre ha hablado con naturalidad y sinceridad sobre la enfermedad y ha recurrido a las redes sociales para documentar su lucha contra el cáncer. En Instagram, donde acumula 1,5 millones de seguidores, ha ido dando cuenta de las alegrías y las penas que ha experimentado durante este proceso de tratamiento de la enfermedad, y sus fotografías y comentarios han servido de ejemplo y acicate para otras personas que se encuentran en su misma situación por todo el mundo.
En octubre de 2017, la actriz comparitó una fotografía de sí misma llorando y con mechones de pelo en las manos. Una imagen muy personal de su etapa en la que recibía quimioterapia. "El cáncer tiene fases. Shock, negación, aceptación, enojo, resentimiento, rebelión, miedo, aprecio, belleza”, escribió entonces. “El cáncer te acompaña por siempre. Aquellos que lo han vivido saben que aunque le hayas dado una patada en el trasero, sigue impactando tu vida, en aspectos positivos y negativos. Todavía puedes agarrar la vida y vivir, vivir, vivir”, finalizó. Un año antes, la artista documentó como se había rapado la cabeza con una serie de seis imágenes en blanco y negro. En la primera de ellas se le veía llorando y triste, sin embargo, conforme avanzaba la sesión se le iba viendo más animada.