Altar de muertos, todo lo que debe tener

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 17-10-2019

Las celebraciones que tienen que ver con Día de Muertos y Todos los Santos durante los primeros días de noviembre, son solo algunas de las tradiciones más emblemáticas de México. Estos rituales (por llamarlos de alguna forma) remontan a cientos de años atrás (y en el caso de algunas civilizaciones, miles).

A diferencia de otras regiones del mundo, en donde la muerte es vista como el fin de todo, en México, las civilizaciones más antiguas creían que el paso por este mundo no era más que transitorio y una parte de uno más amplio y maravilloso, que da comienzo el día en que nosotros cerramos para siempre los ojos...

Es por eso que no es de extrañar que cuando se trata del altar de muertos, seguramente se ponen algunas cosas ‘por hábito’, cuando en realidad existe todo un contexto de por qué tienen que ir de cierta forma, en cierto lugar y siempre respetando el orden.

Dichos altares son vistos tanto en el interior de las casas como en los panteones, a donde las personas van a pasar la noche en vela para esperar a sus difuntos, mientras aprovechan para visitar a amigos y familiares que también esperan 'el regreso de aquellos que ya se les han adelantado'.

Es por eso que revelamos para ti cada uno de los elementos y sepas cómo hacer tu altar correctamente este año y todos los que siguen.

La mesa:

Sí, este es el elemento más básico (y tal vez el menos obvio) en lo que se respecta al altar de muertos. Para aquellos que siguen las supersticiones prehispánicas, este tiene que ir en cierta posición (de preferencia hacia donde se oculta el sol), pues las creencias cuentan que es hacia este punto a donde van las almas al momento de dejar el cuerpo. Recordemos que la mesa va mucho más allá de ser solo este elemento, ya que depende de la forma en la que la quieras colocar, que son 3:

La primera es crear un altar de muertos de ‘dos niveles’, que significarían el cielo y la Tierra.

La segunda opción es de ‘3 niveles’, que simbolizan el cielo, la tierra y el purgatorio.

El tercero y más complejo es de ‘7 niveles’, de los que se dice que son los pasos que un alma tiene que cruzar para llegar a su destino final.

Una vez que te decidas, recuerda que las mantas blancas son primordiales (y si quieres, puedes agregar papel picado en tonos naranjas o morados).

Arco de flores:

Seguro lo viste en casa de tu abuelo, tus padres e incluso en las avenidas principales de tu ciudad. El arco de flores representa la entrada al mundo de los muertos, y aunque generalmente está hecho con flores, también puedes encontrar otros hechos de hojas o simplemente madera.

Velas:

De acuerdo a las tradiciones populares mexicanas, es importante que estas comiencen a estar prendidas poco antes de los primeros días de noviembre, pues ‘el alma’ que está por hacer el camino de regreso a su casa sabe que es esperada, por lo que el fuego de la vela le ayuda a encontrar al camino y a llegar al altar que ha sido preparado para él o ella. El último día de octubre, esta se prende toda la noche, y durante los siguientes días tratan de quedarse encendidas tanto como sea posible

Vaso de agua:

Recordemos que en distintas culturas, los últimos días de octubre y los primeros de noviembre tienen una gran relevancia al ser los días en los que los portales del ‘más allá’ se abren, por lo que las almas comienzan a caminar y caminar para hacer un largo recorrido hasta llegar a sus casas, por lo que se cree que llegan ‘con sed’, y un vaso de agua los ayuda a calmarla.

Flores en el altar:

Normalmente, en esta temporada del año se buscan unas en particular. Cempasúchil, nubes y flores de terciopelo (también referidas como ‘moco de pavo’). De estas, probablemente la más común es la primera. Cempasúchil es una palabra que viene del náhuatl que significa ‘flor de los 400 pétalos’. Solo crece durante esta temporada del año -dependiendo de distintas mitologías, se cree que este es un regalo de los dioses para las almas errantes que buscan el camino a su hogar-. Su color está relacionado al sol, al fuego y a la temporada otoñal, pero se dice que su aroma es lo que atrae a los difuntos a las casas de los vivos. La flor blanca y pequeña conocida como nube, es para las almas de los niños, pues esta representa la pureza que aquellos que dejaron este mundo a muy corta edad.

Aromas:

El tomillo, el romero, el laurel y el copal tienen una función muy importante en el altar de muertos. Recordemos que cuando se trata de este, al fusionarlos crean aromas purificadores en el ambiente, pues así como las almas de familiares y seres queridos pueden llegar al altar de muertos, esto también puede ocurrir con aquellos espíritus negativos que aprovechar para llegar a las casas y aprovecharse para no regresar… Es por eso que el copal tiene como una de sus funciones principales purificar la atmósfera para que los ‘espíritus buenos’ (por decirlo de alguna manera) puedan llegar a su destino.

Alimentos:

Además de poner algunos de los alimentos que más le solían gustar ‘al difunto’, también se suele decorar con ciertos elementos especiales: las frutas y las semillas representan la conexión con la tierra, mientras que el pan de muerto, a pesar de que sea una costumbre relativamente contemporánea, se toma como un alimento muy especial, pues solo se hace durante esta temporada. A estos también se puede sumar bebidas que el difunto solía tomar en vida (que también puede incluir algunas alcohólicas). Y claro, no olvidemos las calaveritas de azúcar, que nos recuerda que la muerte 'también puede ser dulce'.

Sí, todo esto y más compone un altar de muertos...

Fuente: Vogue

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