Siempre he sido fanática del olor de las flores. Me refiero a que, al menos una vez a la semana, procuro decorar mi casa o mi escritorio con un par de ellas para hacer mucho más alegre mi espacio y especialmente sentir su aroma. Así que, cuando supe del lanzamiento de Cartier, Carat, me emocionó la idea de poder tener esa misma experiencia en un perfume.
La fórmula de Carat tiene siete distintos tipos de flores: violeta, iris, jacinto, narciso, flor de cananga, lonicera y tulipanes, las cuales además de tener una esencia deliciosa, son de color blanco. Ésto resultó una característica que atrajo mi atención. Conversé con Léa Vignal-Kenedi –Directora Global de Fragancias de la marca– para saber la razón y la historia detrás de este perfume.
Léa me compartió que "la inspiración de Carat viene de un diamante, que fue la principal idea para crearlo". Por lo cual, el color blanco sería la clave para lograrlo en forma de una fragancia. Cuando se creó la mezcla de colores en tonos blanco se formó una "la luz que expresaba distintos colores" mencionó. Entonces, se trataba de jugar con este concepto y poder tener un diamante en forma de fragancia.
Carat podría describirse como un producto "lleno de luz y aroma", ambos cobran vida en la piel para hacer sentir especial a quien lo porta. Claro, su proceso me pareció intrigante y Léa me comentó que "para lograrlo se utilizó tecnología de punta con la abstrajeron la esencia de las flores sin dañarlas".
No me pude quedar con la duda y le hice una pregunta que sería útil para todas aquellas mujeres que aman las fragancias florales: ¿en cuál momento una mujer podría llevar este perfume? Su respuesta fue inspiradora: "en momentos alegres, en los que una mujer se siente libre y poderosa". Su consejo fue que al rociar un poco de Carat será posible "sacar tu diamante interno, tu poder y tu luz. Es decir, brillar en cualquier ocasión". Definitivamente es un perfume multifacético que te hace descubrirte cada vez que lo usas.
Fuente: Vogue