El mojito es uno de esos tragos que provocan sentimientos encontrados. Por un lado, es muy básico –víctima de su propia popularidad– y es difícil de limpiar. Sin embargo, aunque quisiéramos, no podríamos decir que no es un trago perfecto: tiene la cantidad exacta de dulzor, una frescura reparadora –perfecto en esta época del año– y una carga histórica que se aleja de los bares y reside en las granjas (piensen en granjeros cubanos tratando de disfrazar el sabor de un ron barato).
La receta básica
Ingredientes
3 hojas de menta
1/2 oz de jarabe simple
2 oz ron
3/4 oz jugo fresco de limón
Agua mineral
Garnish: menta y una rodaja de limón
Método
Macera las hoja de menta con el jarabe en un shaker. Después agrega el ron, el jugo de limón y el hielo y agítalos. Cuela y sirve en un vaso highball con hielos. Pon un top de agua mineral y decora con menta y una rodaja de limón.
El secreto para el mojito perfecto
Reemplaza el jarabe por azúcar (de preferencia demerara). Al macerarla con la menta, los aceites salen y luego, junt con el limón, se crea una reacción química que elimina el amargor.
Usa hielo en cubos. Puede ser tentador usar hielo triturado, pero éste se derrite mucho más rápido, y un coctel diluído no hace feliz a nadie.
No temas a los bitters. No son parte de la receta original, pero muchos bartenders los han integrado a sus recetas porque dan una capa extra de sabor. Angostura es tu mejor opción.
Fuente: Life and Style